Pues ya casi llega a su fin el maratón Guadalupe-Reyes, sin embargo en Acapulco las fuerzas del orden no han tenido la oportunidad de ponerse una fiestota como se debe, esto debido a que aún no les han hecho el pago correspondiente a su segunda quincena de diciembre… y por si fuera poco, se les debe el 50% de su aguinaldo… no por nada mil 500 elementos policiacos decidieron tomar una gasolinera propiedad del alcalde Luis Warton Aburto, a ver si así se acuerda de pagar.
Ahí, en donde por las mañanas el alcalde despacha asuntos diversos, los policías solicitaron también que a 76 de sus compañeros que desde hace siete semanas fueron dados de baja se les otorgue su liquidación correspondiente… y para que vea que la cosa va en seria, a la usanza de los desestabilizadores del gobierno, amenazaron con radicalizar sus protestas en caso de no tener respuesta satisfactoria.
Además de tomar el negocio de Warton, los uniformados clausuraron las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil (SSPPC), por lo que aquellas personas que quisieron hacer algún trámite –sacar la licencia, pagar infracciones- pues tuvieron que desistir del intento… ya luego presenciaron la marcha de los polis, la cual llegó a la glorieta de la Diana, esto para regocijo de los turistas que pensaron que estaban frente a un desfile militar o algo por el estilo.
El abogado de los azules, Antonio Lemus Beltrán, aclaró que la finalidad de sus representados al tomar la gasolinera de Warton no era paralizar el servicio de venta de combustible… nomás que hay que recordar que desde el 23 de octubre ahí despacha el alcalde debido a que integrantes del Movimiento Popular Guerrerense mantienen en su tomaron el palacio municipal para ejercer exigir se aclare la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Aunque sin establecer cuándo, las autoridades se comprometieron a pagar los atrasos… No es la primera vez que se presenta un caso como éste: en julio y noviembre ya se habían registrado movilizaciones para exigir liquidaciones y denunciar que hasta ellos mismos tienen que financiar el arreglo de patrullas y compra de uniformes.
Con tales condiciones, no es de extrañar que los comercios de la zona reporten aumento en robos y que los pobladores de las colonias aledañas a la zona turística denuncien incremento en secuestros, extorsiones y demás crímenes.