Y nosotros olvidando las llaves cada tercer día. Una cajera en Japón acaba de ponerle una santa confundida a la policía pues cacharon que se robó miles de datos bancarios —números de tarjetas y NIPs— de todos los clientes que atendía… nomás que con un sorprendente detallito: solamente utilizó su memoria.
Esta ‘Rainwoman’ japonesa se robó 2 mil 600 dólares, poco más de 50 mil pesos.
A store cashier in Tokyo been arrested on allegations of stealing the credit card information of 1,300 customers using just one tool — his memory. https://t.co/MhnQ9xHGyB
— CNN International (@cnni) September 10, 2019
De acuerdo con la Policía Metropolitana de Tokio, la cajera trabaja en un centro comercial y utilizó su “memoria fotográfica” para acordarse de todos los datos bancarios de más de mil 300 clientes que llegaron a su tienda. Al final de su turno, los apuntaba en una libreta que ya está en posesión de las autoridades japonesas.
Llegaba a su casa y copiaba esos datos en su computadora para comprar bolsas —sí, bolsas— en su tienda favorita de moda en línea, asegura CNN.
Esta singular criminal llevaba en las andadas desde marzo y fue arrestada apenas el jueves de la semana pasada (5 de septiembre) pero —tras 6 meses de chistecitos— sigue tras las rejas en lo que las autoridades prueban este extraño crimen. Por si andan con el pendiente o si algún día tienen la necesidad, ahí les va un dato inútil: la policía japonesa tiene la facultad de tenerte entambado cerca de veinte días en lo que organizan tu juicio.
Aunque este crimen es verdaderamente único y las habilidades de la cajera arrestada están bárbaras, la existencia de una “memoria fotográfica” sigue en completa duda.
Pa’ empezar porque el cerebro no funciona como la cámara de tu celular: a este fenómeno se le conoce técnicamente se le conoce como memoria eidética y —aunque rifa cañonsísimo— sí permite que cada persona se tome ‘sus libertades’ con las cosas que supuestamente recuerda. Claro… eso no significa que las personas extraordinarias no existen, solamente que tienen sus limitaciones para recordar cosas, como el cuadernito de nuestra protagonista de hoy.