Esas cáscaras a la que muchos les hacen el feo en su caldo de camarón, le sirven a Carlos Alberto González Flores, un estudiante del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería del Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA), para fabricar prótesis ortopédicas.
“Para crear esta síntesis utilizaron una mezcla de biopolímeros (quitosano) obtenidos de la cáscara de camarón con cerámicos, ya que estos materiales son aceptados por el cuerpo humano“, explica la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a través de un comunicado.
El quitosano, conocido también como chitosán, es una sustancia que fue descubierta en 1859. En la agricultura, este biopolímero es usado como fungicida, mientras que en la industria vitivinícola se usa para evitar el deterioro del vino.
Aunque no lo crean, el uso de esta sustancia es bastante común en la medicina cuando se colocan vendajes, esto para reducir el sangrado y evitar abunden las infecciones.
Este biopolímero es el segundo más abundante en la naturaleza, y puede encontrarse no sólo en las cáscaras de camarón, sino también en el caparazón de crustáceos como la jaiba, langostinos, centollas, langostas y calamares; así como en algunos insectos, gusanos y hongos.
Actualmente, tanto alumnos como profesores del ITA están trabajando con el quitosano para llevar a cabo modelados de prótesis comerciales, y ahora están en la mira de fabricar un modelo de rodilla interno.
Asimismo, las cáscaras de camarón se utilizan para crear otros productos como bioplástico, parches médicos, antibióticos y se está investigando su uso para crear un anticonceptivo, piel sintética y tejidos; esto demuestra lo valioso que es este recurso considerado como “desecho”
¿Pensaste que los desperdicios no podrían tener otra utilidad? Ahora tendrás que reflexionarlo un poco más.
Este hidrocálido, sin duda es un ejemplo de que no sólo hay que imaginar cosas chingonas, sino también hay que hacerlas. ¡Qué orgullo!