Luego de darse en Venezuela el ejercicio impositivo y gandalla (eso dice la oposición) en el que fueron elegidos los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, diversos países liderados por Estados Unidos –que nomás mete su cuchara en asuntos del país sudamericano por su interés en el petróleo (eso dice Maduro)– dieron a conocer que no reconocerán los resultados de tales comicios y podrían emprenden una ola de nuevas sanciones contra el gobierno de la República Bolivariana.

Sólo Cuba, Bolivia y Nicaragua se vieron buena onda y dieron un voto de confianza a la Asamblea Constituyente elegida ayer domingo en Venezuela, la cual se encargará de reformar la Carta Magna. No así países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, España y México, quienes desconocieron el resultado de esos comicios y, en el caso del país liderado por Donald Trump, este lunes podría dar a conocer más sanciones contra la administración madurista, las cuales serán “medidas fuertes y rápidas contra los arquitectos del autoritarismo”, se advirtió desde Washington… claro, sin que esto signifique bloquear el envío de petróleo venezolano a Estados Unidos (porque güeyes no son).

“La elección fraudulenta de (Nicolás) Maduro es otro paso hacia la dictadura. No aceptaremos un gobierno ilegítimo. El pueblo venezolano y la democracia prevalecerán”, señala un tuit enviado por Nikki Haley, embajadora de EEUU ante la ONU.

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) emitió un comunicado en el que lamentó que Maduro siempre sí se haya aventado a hacer unos comicios igual de fraudulentos que los mexicanos. “contrarios a los principios democráticos reconocidos universalmente”, ya que estos lo único que harán será profundizar “la crisis en que se encuentra el país” (y el gobierno de México lo dice por experiencia). El caso es que la cancillería pidió a Maduro recapacitar y no continuar con el plan de la Constituyente. En lugar de eso (y “con pleno respeto de la soberanía de Venezuela”) México recomienda a que haya un diálogo “genuino y con garantías”.

Pues dirán misa, porque la Constituyente va… Al menos eso dejó ver Nicolás Maduro al dar a conocer los resultados preliminares de las votaciones, en las cuales –según– hubo una participación que ya envidiaría el Edomex: 41.53% de los ciudadanos fueron a las casillas. Es decir, cerca de 8 millones de personas emitieron su sufragio, cifra con la que se puede decir que se votó “masivamente”, señaló la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena.

La pluralidad brillará por su ausencia en la Constituyente que comenzará a sesionar el próximo miércoles. Quién podría dudarlo, si entre los que ocuparán curul está la esposa de Maduro, Cilia Flores, y la aguerrida excanciller venezolana, Delcy Flores… pero –según el presidente– la culpa no es de nadie más que de los opositores, a quienes se le invitó a participar en la contienda, pero siempre lo rechazaron.

Aceptando que las elecciones se dieron en “condiciones de guerra”, Maduro presumió que el resultado de la Constituyente llegó “con una gran legitimidad popular”, lo cual significa que “el chavismo está más vivo que nunca”… aunque le pese al gobierno de Estados Unidos y sus respectivos “lacayos” de la región.

Pues mucha felicidad y todo por parte de Maduro, pero este lunes se prevé que el nutrido bloque opositor salga nuevamente a las calles para protestar contra el gobierno, tal como lo hizo ayer mientras se celebraban los comicios. De acuerdo con los cálculos de uno de los dirigentes opositores, Henrique Capriles, la asistencia a las urnas fue de apenas entre 3 millones y 2.4 millones de votantes: “un monumental fracaso”, ya que apenas si representaría el 12.4% del padrón electoral.

Mientras que en la mayoría de los medios se mostraba cómo gente bloqueaba y se enfrentaba a las fuerzas del orden venezolanas, los medios estatales mostraban imágenes en las que se veía cómo la gente “abarrotaba” las casillas. “Hemos tenido verdaderas oleadas desde 6 de la mañana de millones de mujeres y hombres”, presumió el alcalde de Caracas, el oficialista Jorge Rodríguez.

Lo que no no podrán presumir son los graves disturbios registrados durante la jornada electoral, la cual –según reporta El País– dejó un saldo de al menos una decena de muertos.

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