Una densa masa de esmog ha cubierto Teherán y otras ocho grandes ciudades de Irán durante los últimos 10 días.
Además de no poder ver el paisaje en las ciudades iraníes, ni salir a la calle sin tapabocas, el viceministro de salud de la nación agregó que aproximádamente 4 mil 460 personas fallecieron durante los primeros 9 meses del año pasado por problemas provocados por la contaminación.
Durante la cúspide de esa crisis ambiental, aumentó en una tercera parte el número de ingresos a hospitales por enfermedades de vías respiratoras.
Teherán ha sido distinguida por la contaminación que tiene, en particular en la temporada fría, donde las corrientes de viento no pasan, evitando que se limpien los cielos. Pero desde el año pasado, la ciudad con 5.5 millones de automóviles circulando y fábricas a su alrededor, está peor que nunca.
Gracias a partículas de grafito, dióxido de azufre y bencina, es imposible salir a la calle sin quedar con ojos irritados, dolor de cabeza o de garganta, incluso con tapabocas. La ciudad en Irán sólo goza de 100 días saludables.
Algunos culpan al petróleo refinado en el país, el cual, dicen que pasa por un proceso pobre. Pero los mandatarios de la nación niegan dicha acusación.
Aunque Teherán y las otras 8 ciudades iraníes sufren por la contaminación, según varios medios, ninguna de éstas queda como una de las ciudades más contaminadas del planeta. Ésto nos deja pensando en la gravedad de los problemas de salud a los que se enfrentan ciudades como Bagdad, Moscú y la Ciudad de México, tres de las más contaminadas del planeta.