El Instituto Tecnológico de Massachusetts es una prestigiosa universidad privada ubicada en Cambridge, Estados Unidos, cuya misión —según sus lineamientos— es desarrollar conocimiento e instruir a sus estudiantes en ciencia y tecnología, áreas académicas con las que pretenden servir a su nación y al mundo en este siglo.
Su espíritu interdisciplinario ha alimentado diversos desarrollos e hitos tecnológicos como la síntesis química de la penicilina y vitamina A, la creación del sistema GPS, el desarrollo de sistemas de rastreo, la conceptualización de la teoría del universo expansivo, además de ser pioneros del proyecto de impresión tridimensional.
El MIT (por sus siglas en inglés) cuenta con una publicación especializada en temas sobre ciencia y tecnología llamada MIT Technology Review. A través de su edición en español, la revista ha decidido premiar a los diez jóvenes innovadores mexicanos menores de 35 años con los mejores proyectos de investigación y desarrollo de tecnologías emergentes.
Cada año la revista del MIT busca descubrir generaciones de jóvenes innovadores que desarrollen nuevas tecnología para resolver los retos globales actuales y que puedan impactar millones de vidas alrededor del mundo. Además el proyecto busca formar una comunidad global de mentes notables.
Los trabajos de esta decena de jóvenes mexicanos fueron considerados por el renombrado instituto como de alto nivel y con un gran potencial de impacto social y económico en las próximas décadas. Innovators Under 35, premio creado en 1999, es el reconocimiento más prestigioso que otorga la publicación. Esta es la quinta ocasión en que el galardón es entregado en México.
Una mujer y nueve hombres componen la quinta generación de innovadores menores de 35 años. Los ganadores fueron elegidos por un panel internacional de jueces expertos en diversas áreas y seleccionados entre más de 300 candidaturas. Conócelos:
Christian Peñaloza
Su sistema de control mental inteligente aprende de los pacientes con parálisis para mejorar la asistencia que les ofrece día a día. Es decir, el sistema puede aprender a adelantarse a las necesidades del usuario, sin que tenga que hacer el esfuerzo de pensarlas de nuevo. Esta capacidad “puede evitar el rechazo de algunos pacientes a estos sistemas por el cansancio que provoca”, afirma su creador. Fue premiado como el Innovador del año.
César Esquivel
El joven de 29 años fue distinguido con el premio como el Innovador social del año. Fundó el sitio Blooders.org, una plataforma digital para conectar a personas que necesitan sangre con donantes y hospitales. En México, la tasa de donantes de sangre altruistas es solo del 3%, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social. El resto se consigue mediante los familiares de los enfermos y donaciones remuneradas, lo que limita mucho el volumen de sangre disponible.
Dariana Rodríguez
Dariana, de 33 años, es doctora en Biotecnología por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. De acuerdo con la publicación del MIT, proviene de una familia de ingenieros que le inculcaron la importancia de ofrecer soluciones a problemas reales. El proyecto que la hizo merecedora de esta distinción fue la recuperación de toneladas de desechos de aguacate (México es el mayor productor de esta fruta) y convertirlas en aditivos que protegen la comida frente a bacterias.
Adrián García
Para evitar la larga cadena de intermediarios desde que un agricultor vende su cosecha hasta que el producto llega a las manos del consumidor, el joven de 29 años desarrolló un proyecto llamado INFOOD, una plataforma online que conecta a los pequeños productores con el consumidor final de forma directa, lo que elimina la figura de los intermediarios y, por tanto, sus comisiones.
Enrique González
Con su proyecto Genius Foods, el joven mexicano de 28 años convierte los desperdicios de frutas y verduras en nutrientes naturales que mejoran la calidad de la comida procesada. Llegó a esa idea tras conocer la enorme cantidad de alimentos en perfecto estado que se desperdiciaban por razones como la estética. Por eso decidió diseñar un método para recuperar partes de esos alimentos y convertirlos en aditivos más sanos y con mayores nutrientes.
Fernando Mier-Hicks
Fernando tiene 27 años y su proyecto tiene alcances fuera de nuestro mundo: debido a lo costoso que resulta enviar satélites al espacio, se ha optado por miniaturizar sus componentes. Como la gravedad es distinta en nuestro planeta y el espacio exterior, resulta imposible estudiar el comportamiento de estos compuestos en la Tierra. Su laboratorio está específicamente diseñado para hacer levitar pequeños satélites permitirá saber cómo se comportarán en el espacio.
Maurits Montañez
El joven mexicano de 30 años ha logrado que cerca de 22 mil personas descarguen una aplicación móvil en una lengua que no hablan ni medio millón de personas en todo el mundo. A través de su proyecto ‘Kernaia’ busca ayudar a conservar las lenguas indígenas latinoamericanas e introducir, a la vez, a sus hablantes en el mundo digital. Es decir, el usuario de la app puede utilizar la plataforma para subir su contenido en lengua indígena y también para colaborar con otros en sus proyectos.
Octavio Novelo
El joven pretende convertir los smartphones en alcancías digitales a través de su aplicación móvil Zave App. Con su proyecto busca incentivar el ahorro a corto y medio plazo. Su objetivo es que echar monedas al cochinito sea tan fácil como responder a una notificación desde el teléfono móvil: los usuarios debe definir una meta y vincular su tarjeta de débito o crédito con la app. Cada vez que se realice un pago, existirá la oportunidad de redondear el importe y mandar la diferencia a la aplicación.
Luis Pacheco
El joven de 26 años busca acercar todo el potencial de la impresión 3D a través de su plataforma ScratchyCAD, un software que busca enseñar a diseñar modelos propios de forma sencilla de tal manera que sea accesible para la gente. Su propuesta pretende aprovechar al máximo el potencial de la impresión 3D y que la gente diseñe sus propias creaciones en lugar de imprimir los diseños de alguien más.
Daniel Vogel
En México sólo el 40% de los adultos tiene cuenta bancaria y sólo 20% de esta población tiene la posibilidad real de un de un crédito. Por lo mismo, Daniel Vogel, de 30 años, desarrolló Bitso, una aplicación que aprovecha que casi todos los mexicanos cuentan con un teléfono celular para, a través del dispositivo, ayudarles a bancarizarse mediante su plataforma basada en Bitcoin.