Si alguien pensaba que la discriminación a la diversidad sexual recaía en las generaciones más viejas, y que los chavos son los más open mind y alivianados, pues está equivocado, ya que de acuerdo a un estudio de la SEP se ha revelado que los más jóvenes aceptan como válidos actos discriminatorios.
En promedio cinco de cada diez estudiantes de bachillerato dijo que el quitarle el trabajo a un profesor por ser homosexual está bien, es más, no viola sus derechos humanos; por si fuera poco 39% de los encuestados mostró su rechazo al reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo… a Serrano Limón le gusta esto.
Pero la discriminación no sólo implica lo referente a la sexualidad, incluso a las capacidades de las personas: 73% de los encuestados señaló que la enseñanza en las escuelas disminuye por la presencia de niños discapacitados… por si fuera poco, 75% sostiene que es mejor darle empleo a una persona que no tiene algún tipo de discapacidad.
Lo anterior forma parte de los resultados de la 3era Encuesta Nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas de Educación Media Superior, hecha por la SEP y que además de intolerancia expone la aceptación de la violencia; por ejemplo, 32.8% dice que agredir a quien le roba algo es justificable y 15.9 señaló que las amenazas son correctas, ya que demuestran un carácter más enérgico, además que la mitad de los entrevistados dijo que los problemas intrafamiliares son cosas de familia, que no deben conversarse fuera de casa.
Con estos resultados queda en evidencia que las campañas en contra de la violencia y a favor de la diversidad sexual –al parecer- no han dado resultados favorables. Ambos temas son de cuidado, pero la aceptación de la violencia quizá es la que más tristemente refleja el pensamiento retrógrado que impera entre los jóvenes: 25% dijo señaló que la violencia es parte de la naturaleza humana, por lo que de ahí viene el origen de las guerras.
Las respuestas ofrecidas en esta encuesta sólo permiten sentir más inseguridad del futuro que nos espera. Tomen en cuenta que las respuestas fueron proporcionadas por jóvenes de bachillerato en pleno siglo XXI, aunque pareciera que provienen de siglos atrás.