Por The Climate Reality Project
Una de las alternativas más viables para ayudar a frenar los efectos del cambio climático es sustituir los combustibles fósiles por energías limpias, ya que no producen gases de efecto invernadero. Estas energías limpias provienen de fuentes naturales, renovables y que llegan a la mayor parte del planeta tierra, lo que las hace accesibles tanto para nuestra generación como para las siguientes. Como ejemplo tenemos la energía solar, que depende únicamente de la radiación, y la eólica, que se genera a partir de la fuerza del viento; ambos recursos sin riesgo de agotarse.
En México, ya existen diferentes fuentes renovables que producen la electricidad que llega hasta tu hogar para ver la tele, leer artículos o ver memes en tu celular o hasta congelar las sobras de la comida del fin de semana. Sin embargo, sólo representan el 2.6% en comparación con un uso del 88% de petróleo, carbón y gas. Esto, en gran parte se debe a que existen muchos mitos sobre el uso de energías renovables y limpias, la transición energética implica cambiar la manera en la que generamos energía, pero también la forma en la que la consumimos. Por miedo o desconocimiento, existe una gran resistencia de parte de individuos, gobierno y empresas a dejar de usar petróleo, carbón o gas para generar electricidad a gran escala y empezar a aprovechar el sol, el aire o el agua que generan menos gases de efecto invernadero. A continuación, te compartimos los principales, para que los derrumbes e impresiones a amigos y familiares con información verídica de la transición energética.
Mito: Las energías renovables son costosas.
Realidad: Actualmente, las energías limpias son la solución más económica y sus costos siguen descendiendo. Los parques eólicos cuestan entre 39% y 58% menos que en 2007, al igual que la energía solar, que en los últimos años ha visto una disminución del 68% en los costos de los paneles solares.
Se calcula que en México la generación de energía solar es la más barata de producir en comparación con las tecnologías más populares hasta ahora como la de ciclo combinado con gas o las carboeléctricas. Esto quiere decir que si aumenta la producción de energías renovables, disminuye el precio final para los consumidores, o sea, pagarías menos y tu consumo sería más limpio.
Mito: Aún es tecnología en desarrollo que no está lista para el mercado.
Realidad: Las energías renovables ya funcionan de forma eficiente, segura y sostenible en todo el mundo. La eólica, la solar fotovoltaica, la termosolar, la hidráulica y la biomasa son las más comunes y con mayor capacidad de suministrar energía de manera eficiente y sin interrupciones. Empresas en todo el mundo ya están ampliando su inversión en investigación para aprovechar recursos inagotables y poder venderlos a precios competitivos.
Piénsalo, ¿si fueras una empresa seguirías explotando el petróleo o el carbón que son muy difíciles de extraer y además tienen un tope de disponibilidad, o aprovecharías tu dinero para invertir en nuevas tecnologías que te ayuden a aprovechar recursos que están disponibles de manera sencilla y además son inagotables?
Mito: Los paneles solares afectan a los ecosistemas y también contaminan.
Realidad: Todas las actividades humanas generan algún impacto ambiental o contaminación, pero no todas lo hacen con la misma gravedad. La generación de energía con fuentes renovables tiene una emisión de gases de efecto invernadero de 100 a 50% menor que la de combustibles fósiles, o sea que además de no generar impactos a largo plazo, tampoco produce contaminantes que afectan a los animales o plantas cercanos a donde se instalan.
Otro de los mitos más comunes sobre el impacto de las renovables es que su instalación es un riesgo para la fauna regional como las aves. Si bien es cierto que en un inicio se registraron algunos incidentes, también se han desarrollado múltiples estudios para eliminar estas incidencias. En México, existe una regulación para evitar el mayor número de muertes de aves y las empresas deben presentar estudios rigurosos al respecto antes de construir las centrales eléctricas.
Mito: Son perjudiciales para las comunidades del entorno en el que son instaladas.
Realidad: Existen dos enfoques para abordar este mito: uno es en la generación a pequeña escala, ya que las energías renovables, en especial la solar, se puede generar para uso particular en los hogares o empresas. Esto quiere decir que personas que no podían acceder a la electricidad por alguna razón, ahora tienen una alternativa. Además, el costo de los paneles y la instalación puede ser cubierto por el subsidio que ya da el gobierno para el pago de luz y, por medio de un programa integral, se podría beneficiar a las familias y comunidades que más lo necesitan.
En segundo lugar, respecto a los parques de generación de energía de grandes empresas, la transición energética también considera dejar de hacer negocios de la misma manera en la que se hacían con las grandes centrales de antes. Existen casos documentados de comunidades que demostraron que para garantizar el funcionamiento de un proyecto de renovables, es necesario que los desarrolladores trabajen en conjunto con las comunidades para no perder su inversión y tener proyectos sustentables.
Mito: Las energías renovables crean menos empleos que los combustibles fósiles.
Realidad: El sector de las energías renovables genera más empleo que toda la industria de combustibles fósiles junta. En 2017 generó más de 500,000 nuevos empleos a nivel mundial, haciendo que el número total de personas empleadas en el sector renovable ascienda a 10.3 millones.
Además, el tipo de empleos que la industria de las renovables genera son mucho más seguros y justos. Por ejemplo, la industria del carbón ha demostrado ser una de las más peligrosas para las personas que trabajan en ella, por ejemplo en Coahuila se han registrado más de tres mil muertes desde que comenzaron operaciones, o la industria petrolera que también tiene un historial de accidentes fatales no sólo para sus empleados, también para las comunidades que viven cerca de estos proyectos .
Transitar hacia un futuro más sustentable y seguro, significa que como individuos también tenemos que empezar a gastar menos luz en nuestros hogares, elegir transportes más eficientes como camiones o bicicletas y en general, consumir menos energía. Existe mucha más información para alimentar este debate tan complejo, pero de una cosa no tenemos dudas, si queremos combatir efectivamente al cambio climático y garantizar el futuro de la humanidad, necesitamos disminuir nuestro impacto en el planeta y podemos hacerlo sin abandonar nuestras comodidades, pero es necesario empezar a producir y consumir energía baja en emisiones, o mejor… cero emisiones.