Hay historias que escapan a toda lógica y comprensión, ésta es una de ellas.

Primer sacón de onda

Cosimo Pagnani es un hombre de 32 años que vive en la provincia de Salerno, al sur de Italia. Saltó a la fama después de asesinar a cuchilladas a Maria D’Antonio, su ex esposa de 34 años con la que tenía un hijo de 4 años.

Segundo sacón de onda

Después de cometer este crimen terrible, Cosimo confesó el crimen en su perfil de Facebook, usando la siguiente frase: “Está muerta puta”.

Tercer sacón de onda

Hasta antes de que el perfil de Cosimo fuera eliminado de esa red social, su publicación ya llevaba 300 likes.

WTF?!?!

Es imperdonable y desconcertante que un hombre asesine a la madre de su hijo. Peor aún cuando el mismo sujeto se regodea de su crimen en Facebook, y peor aún, que dicha publicación reciba tantos likes de personas a las que lo ocurrido les pareció correcto.

¿Les cae?, ¿quién en su sano juicio puede simpatizar con una atrocidad semejante? Lo peor es que no fueron uno o dos despistados, sino 300 quienes de una u otra forma aprobaron lo sucedido. Si esta nota no entra en la categoría de “Mundo enfermo y triste” entonces no sabemos qué pueda hacerlo.

¿Que lleva a una persona a darle “Like” a una publicación así? Al ser interrogados al respecto, varias de estas personas quisieron justificarse diciendo que lo hicieron como una muestra de humor negro, otros dijeron que actuaron sin razonar su acción a fondo, e incluso hay algunos cínicos que afirmaron haberlo hecho por solidaridad al asesino.

¿Por qué alguien presumiría un asesinato en Facebook?

De entrada, hacer algo así puede resultar incomprensible. Sin embargo, para el psicólogo Mario De Maglie esta patología puede obedecer al narcisismo:

“Al anunciarlo en Facebook hay algo de enfermo que no solo se refiere a una persona, sino también a la sociedad que crea el terreno para algo así pueda encontrar libremente espacio, posiciones favorables y comentarios diversos. El anuncio del homicidio en Facebook implica al autor y también a todos nosotros y a la estupidez que nos embarga en las redes sociales, donde público y privado pierden el sentido y los confines que deberían estar marcados”

De Maglie además comentó que la respuesta obtenida en las redes tras el asesinato muestra que lo ocurrido no debe analizarse como un caso aislado:

“Hay una responsabilidad colectiva, porque utilizamos la red y permitimos que después las redes sociales nos utilice”.

Sin palabras, definitivamente esta nota nos hizo perder la poquita fe que teníamos en la humanidad.

*** Vía ABC España

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