Los chalecos amarillos, franceses de clase media, que viven en pueblos o ciudades pequeñas, llamados así por sus atuendos fluorescentes, se han manifestado en contra del gasolinazo, pero el día de ayer, sábado 24 de noviembre de 2018, las protesta se extendió a todo el país, el Ministerio del Interior considera que cerca de cien mil personas participaron en alrededor de mil 600 protestas a lo largo del territorio.
Paris también ha vivido el casos esta semana, los reclamos que se han vivido a lo largo de la semana del 18 al 23 de noviembre de 2018, concluyeron el día de ayer con una trifulca entre cerca de ocho mil Chalecos Amarillos y la represión policiaca. Las demandas han ido en aumento, originalmente la idea era manifestarse en contra del gasolinazo, pero ahora también luchan en contra del aumento del costo de vida, los bajos salarios, la falta de transporte público en zonas rurales y las políticas económicas del Ejecutivo.
“¡Macron, disminución!”, “¡Firmes en el Batallón!”eran unas de las consignas de los ocho mil parisinos, cuyo objetivo era llegar hasta alguna de las oficinas gubernamentales para “ser escuchados”, pero la policía que llamó a unos cinco mil elementos para disipar la manifestación, lo hizo con gases lacrimógenos y cañones de agua, lo que terminó en una trifulca donde al menos 19 Chalecos Amarillos terminaron heridos.
Por supuesto, la presión llegó hasta el Palacio del Eliseo, pero aunque el presidente Emmanuel Macron declaró que está dispuesto a escucharlos, admitió que no se frenarán los costos de los combustibles. El gobierno ha prometido no retroceder en los nuevos impuestos sobre el diesel y la gasolina, que fueron el punto de partida para las protestas de los ciudadanos de base en toda Francia.
En cambio, prometió una “respuesta clara”, durante su estancia en Bruselas, dijo a los periodistas que la semana entrante convocará a una consulta sobre los estándares de vida o sugerirá medidas para suavizar el impacto del aumento de los costos de la gasolina. Pero el ministro de economía, Bruno Le Maire, ha reconocido que las protestas tienen su propio fundamento, aceptando que la la crisis actual va “más allá de una simple cuestión de combustible”, por lo que sugirió que se tomen medidas sobre los salarios y así mejorar los estándares de vida.
El Ministro del Interior dijo que 106,000 personas protestaron en Francia el sábado, una caída de 282,000 el fin de semana anterior, por lo que confía en que las manifestaciones se irán evaporando poco a poco, sin embargo, ante el desdén presidencial y ante la falta de una solución clara, el número de Chalecos Amarillos en las calles de Francia se podría triplicar.