Por Diego Castañeda

1997 fue un gran año para el cine. Se estrenaron películas como Titanic, Good Will  Hunting o As Good As It Gets. Grandes películas de ciencia ficción como Gattaca (una de mis favoritas y con grandes implicaciones de desigualdad y movilidad social), Starship Troopers (que no es buena pero es muy divertida), El quinto elemento (sin comentarios)  y  Alien Resurrection. Otros éxitos de acción de la época como Face Off, Con Air, Air Force One y un largo etcétera. Los noventa fueron sin duda una época turbulenta desde el colapso de la URSS, algunas de las guerras civiles más sangrientas, el dominio sin campeonatos de los Bravos de Atlanta, hasta el tema que nos atañe en esta ocasión: las crisis financieras, en específico la crisis asiática de 1997.

En estas épocas, hace 20 años, el mundo comenzaba uno de sus pánicos más grandes, lo que en ese entonces se consideraba la crisis más grande desde la Gran Depresión. El gobierno de Tailandia, en lo que parecería una acción sin importancia global, decidió devaluar su moneda, el bath, desatando una avalancha financiera que sacudiría al mundo.

¿Qué propició esta crisis legendaria?

En la década de los años noventa las economías avanzadas (Estados Unidos, Japón, Alemania, etc.) tenían tasas de interés sumamente bajas, ya que intentaban recuperarse de una recesión ocurrida en 1990, así como  de las severas especulaciones financieras del “Amo del Universo”, mejor conocido como George Soros, la más famosa de ellas ocurrió con la libra en 1992 (evento conocido como el miércoles negro y la razón principal de por qué el Reino Unido nunca entró al euro).

Estas bajas tasas de interés llevaron a los “amos del universo” (los administradores de hedge funds y altos ejecutivos de la banca de inversión del mundo) a poner sus miradas en los países emergentes, quienes ofrecían grandes oportunidades para obtener ganancias por arbitraje (comprar a un precio y vender a otro) por el tipo de cambio fijo que mantenían y grandes oportunidades de entretenimiento para los amantes del riesgo. México y la crisis de 1994-1995 es uno de esos casos emblemáticos de la especulación contra mercados emergentes en el periodo.

En 1997, los grandes especuladores del mundo pusieron sus miradas en los mercados asiáticos y especularon fuertemente contra países que tenían posiciones muy débiles, con mucha deuda extranjera y tipos de cambio manejados por el gobierno. Primero, Tailandia devaluó su moneda y, luego, al poco tiempo, todo Asia se encontraba en el caos. Los economistas del mundo en ese periodo se encontraban en total terror existencial al ver que algo parecido a lo ocurrió en la Gran Depresión de 1929 podría volver a ocurrir.  La experiencia de México en 1994-1995 sirvió de poco para generar certidumbre sobre cómo reaccionar ante la crisis. El Fondo Monetario Internacional no tardaría en intervenir, causando una oleada de alzas en tasas de interés, agravando aún más la crisis, conforme empresas y gobiernos eran aplastados por deudas gigantes denominadas en dólares que seguían creciendo y creciendo conforme las tasas de interés aumentaban.

(Era un gran momento para estudiar economía y uno pésimo casi para cualquier otra persona.)

Algunos economistas de la época decían que los déficits comerciales que países como México, Tailandia, Indonesia, Malasia y otros, eran una señal de su fortaleza, ya que atraían grandes cantidades de flujos de capital (cuando se importa más de lo que se exporta la diferencia se financia con deuda del exterior). Volviendo a Tailandia, cuando esos flujos de capital dejaron de llegar, no les quedó otra opción más que devaluar sus monedas y aumentar las tasas de interés para tratar de atraer el capital que necesitaban. El resultado fue una reacción en cadena salvo, para unos pocos países como China que nunca tuvo cuentas de capitales abiertas (no tiene un mercado financiero abierto al mundo) y Malasia, que implementaría controles de capitales y saldría rápidamente del problema. (Lección que sería redescubierta por el FMI a media crisis financiera de 2008)

¿Por qué es importante recordar lo sucedido?

Lo mismo que pasó hace 20 años, cuando casi todos los economistas y observadores del mundo financiero estaban al borde del infarto al ver que algo que creían casi imposible de pasar estaba pasando, pasó hace 10 años cuando la crisis financiera de 2008 sorprendió a casi todo el mundo. Hoy, muchos de los sucesos económicos que ocurren en el mundo siguen sorprendiendo a propios y extraños como si una gran amnesia colectiva atacara a los gobiernos, políticos y analistas del mundo. 

Redescubrir las lecciones que la historia de las crisis financieras del pasado, cercano y del lejano, es la mejor forma de prepararnos para la violencia de los sucesos económicos en un sistema financiero cada vez más complejo y donde personajes como Trump en Estados Unidos, May en el Reino Unido o Merkel en Alemania parecen no tener memoria.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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