Si bien desde hace meses Trump dio señales para suponer que el Tratado de Libre Comercio estaba en la cuerda floja, éstas se hicieron más evidentes la semana pasada. Y, aunque a muchos asustó la idea de terminar los acuerdos comerciales con Estados Unidos y Canadá, otros hasta vieron con buenos ojos darle cuello al mentado tratado. Así que, ¿quién mejor para defender la permanencia del TLC, sino uno de sus artífices?
Porque muchos han de haber repetido su nombre tres veces seguidas, reapareció el ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, para defender el tratado que, según dice, ha beneficiado a las tres partes que lo integran. A través de una columna publicada con motivo del nuevo site de la London School of Economics and Political Science, el ex mandatario recomendó que, en lugar de darle fin al tratado comercial, se trabaje para mejorarlo.
Sin mencionar a Trump, pero dirigiéndose a él, Salinas reconoce que la clave para recuperar trabajos perdidos y contrarrestar la amolada que la economía mundial le ha acomodado a la gente, es la competitividad. Pero, advierte, dañar el TLC de ninguna manera hará más competitivo a Estados Unidos, ya que “la competitividad no puede ser alcanzada por medio de gestos paternalistas a los trabajadores, ataques autócratas a ciertas firmas, o deshonrando a socios vitales en el comercio internacional”.
Además, ¿por qué quieren terminar lo que con tanto esfuerzo creó? Miren que al buen Salinas de Gortari le tomó cuatro años convencer a Estados Unidos y Canadá de fusionarse comercialmente con México, algo sin precedentes. “Pese a una vez estar condenados a ser vecinos, ahora estábamos construyendo un destino compartido”, recuerda románticamente el ex presidente.
Recuerda Salinas que antes del TLC, a México se le habían ofrecido otros acuerdos comerciales, “pero no tenían mucho sentido para nosotros”. ¿Cómo para qué, si con el petróleo bien que la llevábamos? Pero a finales de la década de los 80, con la caída del muro de Berlín todo cambió: con la deuda externa encima y sin mucho campo para crecer económicamente de nuevo, debido a que toda la atención se fue para Europa… con este panorama, ¿que hubieran hecho ustedes? Bueno, Salinas se ve más fino y cita a Keynes. “cuando los hechos cambian, cambio de opinión; ¿Qué haces, señor?” Pues entrarle al TLC.
“Pero a costa de abaratar la mano de obra mexicana”, dirán los detractores del TLC. Nada más erróneo, dice Salinas: los empleos que tuvieran alguna relación con el Tratado, tuvieron un incremento del 40%. ¿Y los que no? Pues quien sabe, ahí está ese dato. Además, el ex presidente recuerda que a partir del TLC se ha conseguido diversificar las exportaciones. De sólo dedicarnos a mandar petróleo, hoy se logra exportar diariamente hasta mil millones de dólares en bienes. “Desde tomates, aguacates y chiles (todos nativos de México), a automóviles, televisores, computadoras y teléfonos celulares”.
“Pero por andarle dando besitos a Estados Unidos, le dimos la espalda a toda América Latina”, tampoco, dice Salinas… es más, el TLC estimuló nuestro comercio intrarregional. Las exportaciones mexicanas a América Latina representaban sólo el 10% del total, ahora representan más del 25%”.
No pues con tantas maravillas que ha hecho el TLC por nuestro país, con razón Trump quiere que México deje de abusar de Estados Unidos… bueno, los gringos tampoco pueden quejarse, ya que “las cifras son igual de impresionantes para la economía estadounidense”. Aunque claro, el rechazo se debe al incesante ataque mediático de dos imágenes negativas: “el flujo interminable de migrantes a través de su frontera sur y ciudades desoladas, empobrecidas por los cierres de fábricas, especialmente en el Cinturón de Rust”, acepta Salinas.
¿La solución? Dejar de hacer caso a los estereotipos que del TLC ofrecen algunos medios y líderes. “La consolidación de estos estereotipos fue permitida por el abandono de deberes de políticos, líderes y medios de comunicación, los cuales no han podido explicar las causas reales de los cierres de fábricas en los Estados Unidos y el flujo hacia el norte de los migrantes mexicanos”.
En fin, sobre lo anterior y muchos otros puntos habla Salinas… y ya saben que cuando abre la boca no hay mucho desperdicio. Son horas y horas de entretenimiento y no muy sana diversión: que si irse con todo contra China, modernizar los acuerdos comerciales, flexibilizar el concepto de soberanía… y si el problema es que la inmigración, desmantelar el TLC no es la respuesta. Hasta son más los mexicanos que regresan, que los que se van, según Salinas.