Ya va un mes y tres días de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y nadie tiene una idea clara de dónde están o al menos, no públicamente; aquí un recuento de lo que ocurrió y cómo van las investigaciones.

Un fatídico 26 de septiembre por la noche, 80 estudiantes de la Normal Rural, Raúl Isidro Burgos se dirigían a Chilpancingo desde la ciudad de Iguala para un boteo que realizarían al día siguiente. Iban a bordo de tres autobuses secuestrados de la empresa Costa Line.

Al salir de la central de autobuses, policías municipales los señalaron como delincuentes, intentaron cerrarles el paso con patrullas y les dispararon; los estudiantes bajaron de las unidades pero la policía municipal no dejó de disparar, ni de perseguirlos, hiriendo a uno de ellos, de nombre Aldo Gutiérrez Solano (quien ahora tiene muerte cerebral).

Aproximadamente 20 estudiantes que se encontraban en el autobús de atrás también fueron sometidos, acostándolos en el piso para posteriormente subirlos a unas patrullas.

Los policías confundieron un camión que transportaba al equipo de futbol de tercera división “Los Avispones”, con normalistas y le dispararon, mismo que se desbarrancó. En ese ataque resultó muerto el chofer Víctor Manuel Lugo Ortiz y el futbolista David Josué García Evangelista, de 14 años de edad. En la balacera fue asesinada también Blanca Montiel Sánchez.

Los estudiantes se dispersaron por las calles para huir de los balazos, después de 40 minutos regresaron al lugar de los hechos y convocaron a algunos medios de comunicación para informar de lo sucedido. De pronto llegó una camioneta RAM color rojo de la que bajaron varias personas con armas largas que empezaron a disparar ráfagas en contra de la multitud, matando a dos estudiantes e hiriendo a 5 personas más.

Diario-de-Guerrero

Portada de El Diario de Guerrero del 27 de Septiembre: ¿Los medios coartados por el gobierno?

Por la mañana, los normalistas acudieron a la Fiscalía de la zona Norte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero, buscando a los estudiantes que habían sido detenidos por la policía municipal; sin embargo, el Director de Seguridad Publica les dijo que no tenía a ninguna persona detenida. Se dieron cuenta que faltaban 56.

Incluso esta situación que nos parece ya terrible, cada vez se torna más repulsiva.

En la tarde, estando los estudiantes en la Fiscalía, el Ministerio Público les informó que a tres cuadras de donde ocurrieron los hechos habían encontrado el cadáver de un estudiante con signos de tortura y el rostro desollado; mismo que fue identificado como Julio Cesar Mondragón por sus compañeros.

El lunes 29 de septiembre aparecieron 13, pero siguen desaparecidos 43.

CRONOLOGIA¿Cómo van las investigaciones?

Hasta el momento hay 47 detenidos, de los cuales, 22 son policías al servicio de la organización criminal Guerreros Unidos (una célula del cartel de los Beltrán Leyva).

Uno de los detenidos confesó haber visto cómo trasladaban a 17 estudiantes para enterrarlos en fosas, la matanza corrió a cargo de dos sicarios: Martín Alejandro Macedo y Marco Antonio Díaz Velver, según su testimonio, una vez que los estudiantes fueron detenidos por la Policía Municipal, los trasladaron al patio de la comandancia y ahí los entregaron al crimen organizado para su ejecución. La orden de raptar a los normalistas partió del jefe de la policía, Francisco Salgado Valladares, y la de matarlos de un cabecilla mafioso apodado “El Chuky”.

En días pasados, se difundieron declaraciones de los presuntos asesinos de algunos normalistas de Ayotzinapa, en las cuales afirman que les dispararon en la cabeza y luego los quemaron con diesel hasta que se calcinaron.

La Procuraduría General de la República (PGR) tiene a cargo la investigación y están realizando exámenes científicos para determinar la identidad de los cuerpos hallados en fosas en Iguala.  Las autoridades niegan que sean los cuerpos de los estudiantes normalistas pero tampoco aclaran su paradero, ni la identidad de esos cuerpos.

El propio gobierno confirmó que el crimen organizado está profundamente involucrado en las estructuras de poder. Según las investigaciones de la PGR, los principales sospechosos de ser los responsables intelectuales de la matanza son: el alcalde Iguala, José Luis Abarca; María de los Ángeles Pineda, su esposa; Felipe Flores Vázquez, su jefe de seguridad; César Nava González; subdirector de la policía de Cocula y “El Gil”, cabecilla del grupo “Guerreros Unidos”

José Luis Abarca, se encuentra prófugo de la justicia, antes de darse a la fuga declaró que él no sabía nada de disparos, ni de desapariciones. Posteriormente pidió una licencia de 30 días para no interferir con la investigación y finalmente huyó.

Luchadores Sociales

La violencia en Guerrero viene de mucho tiempo atrás, es un estado con una larga tradición de lucha social, cuna de la disidencia en los 60 y 70.Los estudiantes normalistas han sido durante décadas un semillero de jefes guerrilleros como Lucio Cabañas o Genaro Vázquez Rojas.

En la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa se imparten tres carreras: educación primaria, educación primaria bilingüe y educación física, los egresados aspiran a ser maestros rurales en comunidades marginadas del país (regiones en las que por cierto, algunos intelectuales con doctorados en mil pistolas, que ahora claman #JusticiaparaAyotzinapa, nunca se han dado una vuelta)

Escándalo internacional

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señaló violaciones a los derechos humanos: ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, atentados contra la dignidad de las personas y omisiones en el cumplimiento de la función de la seguridad pública. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó éste como uno de los sucesos “más terribles de los tiempos recientes”.

Filósofos de talla internacional como Noam Chomsky o Judith Butler y diversos intelectuales mexicanos, firmaron una carta abierta al presidente Enrique Peña Nieto en la que denuncian irregularidades en la investigaciónEl texto está publicado en español, inglés, francés, portugués y catalán; exige la localización de los 43 normalistas, que aparezcan el alcalde de Iguala y su esposa para ser juzgados; la destitución del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, y del procurador general Jesús Murillo Karam.

El padre Solalinde, conocido por defender los derechos humanos, responsabilizó al gobierno actual por ser represor y perseguidor de los defensores sociales, jóvenes estudiantes y periodistas.

Enrique Peña Nieto, solo se ha pronunciado una vez sobre el caso, con un mensaje de 4 minutos en el que lamentó los actos violentos en Iguala y que jóvenes estudiantes resultaran afectados.

¿Qué podemos hacer?

Eduardo Buscaglia recomienda paralizar el sistema económico, rodear al Congreso de la Unión, a los Poderes Legislativos estatales con demandas concretas como la tipificación del conflicto de interés como delito y creación de unidades de investigación patrimonial en cada estado. A todos nos duelen los bolsillos, más a los poderosos. Ejercer presión internacional, no solo salir en fotos o videos con carteles y muchos corazones apoyando desde el exterior sino exigirle a los gobiernos de otros países a presionar diplomáticamente. Como sugiere Javier Sicilia

“[…] es el momento de hacer una gran movilización nacional de manera pacífica […] Lo que le diría a las autoridades es que dejen de hacerse pendejos”.

La mayoría de los estudiantes normalistas proviene de familias en situación de pobreza, como el caso de Bernabé, padre de Adán:

“Yo le dije a mi hijo vas a estudiar a la normal porque somos de recursos económicos, somos campesinos, nos dedicamos a la siembra de frijol, el día 24 me dijo sabes qué papá vamos a botear porque a la escuela le faltan recursos económicos para poderse sostener, yo le dije está bien mi’jo[…]Yo no sé que es lo que pasa con las autoridades ¿por qué matan a estudiantes que apenas empiezan a hacer su vida? Yo no sé por qué, hoy en día no tengo confianza en el gobierno […]ya va a ser un mes y no sé nada de mi hijo[…]Realmente yo no sé por qué querían a nuestros hijos quizás porque somos pobres no podemos defendernos, pero yo sé que todos los pobres tenemos un corazón y con ese corazón vamos a luchar“.

Cuando los reflectores se apaguen y la gente ya no mire a Ayotzinapa, los padres de esos jóvenes regresarán a su casa en el mejor de los casos con sus hijos y en el peor de los escenarios lo harán sin ellos, para extrañarlos, para llorar a sus muertos y seguir labrando la tierra.

En un sistema político en descomposición, la renuncia de Aguirre solo es una ampolla en la que las moscas carroñeras de todas las tonalidades, buscan colocar sus huevos para el 2015.

«Y el corazón no muere cuando uno cree que debería»
Czeslaw Milosz

@plumasatomicas

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