Por Diego Castañeda

Cuando llega mediados y finales de noviembre, además de ser el extraño periodo de transición decorativa entre Halloween/Día de muertos y Navidad, también desde hace algún tiempo es el periodo festivo de las compras, con fechas como el Buen Fin en México y Black Friday y Cybermonday en Estados Unidos.  Por esta razón es una buena oportunidad para ver dos aspectos económicos de estos días y tratar de entenderlos más a fondo: por un lado, los efectos sobre la estructura del mercado (entiéndase, específicamente, aquellos que participan en el mercado como vendedores); por el otro, lo que ocurre con los consumidores en México.

Esta nueva festividad consumista del país, además, viene con el alza de una tendencia en México: las compras en línea. Cada vez esta fecha es más importante para el segmento de consumo a través de internet en plataformas como Amazon (ahora en México), Linio, Mercado Libre, Aliaba, etc. Esto representa una amenaza obvia al mercado de retail en México lo que nos hace recordar casi de forma obligatoria las historias de cómo Amazon en Estados Unidos prácticamente acabó con el mercado de retail en libros y otros productos. Además se da justo en un periodo en que parece que este gigante de la era digital se expande por todos los sectores que le es posible y  comienza a tomar forma de lo que sería a todas luces un monopolio.

Para pensar en los efectos que este tipo de expansiones de la era digital tienen, es útil hablar de uno de “chick flicks” más clásicos de los años noventa, justo con el advenimiento de la era digital (y casi coincidiendo con la burbuja de los punto com de finales de la de década de los noventa y principios de la primera del siglo XXI), la película “Tienes un e-mail”, de Tom Hanks y Meg Ryan.

En dicha película la propietaria de una pequeña librería ve amenazado su negocio por la llegada de una súper cadena masiva de librerías que ha conseguido quebrar a gran parte de su competencia. Este suceso es análogo a lo que ha pasado con las librerías alrededor del mundo, en buena medida destruidas no por grandes cadenas físicas sino por el comercio electrónico (hecho que resulta irónico si se toma en cuenta que ahora Amazon ha comenzado a abrir librerías físicas es una especie de nostalgia por antaño).

El asunto es simple, las grandes empresas como Amazon y aquellos que venden dentro de ellas en esencia forman un enorme mercado que, por su tamaño, tiene la capacidad de influir en los precios (lo que los economistas llaman price-maker). Un hacedor de precios tiene una ventaja sobre el pequeño vendedor (la librería que compite contra el mercado de libros en Amazon) ya que el vendedor en esencia es un tomador de precios (price-taker) y tiene una menor capacidad de ofrecer un precio reducido. Eventualmente, por la pura escala de sus operaciones, los grandes negocios tienden a sacar del mercado a los pequeños.

¿Qué pasa con los consumidores en México?

 El año pasado se publicó un estudio por los autores Raymundo Campos y Eduardo Medina del Colegio de México en el que intentaron identificar si, en efecto, el Buen Fin implica mejores precios para los consumidores.

Su hallazgo resultó en una gran decepción para todos los que nos veíamos aprovechando grandes descuentos. El estudio de Campos y Medina encuentra que, en general, los precios antes del Buen Fin tienden a subir y luego, durante el fin de semana de locura consumista, bajan. Esto quiere decir que una parte del descuento que se ofrece, en realidad, se ve neutralizado por el alza previa. Si bien en el resultado neto se puede hablar de cierto descuento, en general existe una gran exageración sobre lo bueno del Buen Fin.

A diferencia de su contraparte en Estados Unidos, donde en estas temporadas es posible encontrar descuentos realmente grandes, en México el consumidor tiene poco que celebrar. Esta exageración es producto en parte por lo que los economistas suelen llamar asimetrías de la información. Una asimetría de la información sucede cuando alguna de las partes que forman el mercado (los que venden o los que compran) cuanta con menor información que su contraparte, haciendo posible que la parte que posee mayor información obtenga una ventaja.

En México existen grandes asimetrías de información respecto a los precios que existen en el mercado, esto facilita que se hagan exageraciones y que el consumidor no pueda evaluar de forma consistente qué decisiones debe tomar para optimizar su bienestar. En este contexto muy mexicano es sumamente alabable que comiencen a aparecer esfuerzos por romper esas asimetrías de información, uno de ellos es el de tec-check un esfuerzo de un par de economistas para producir un agregador de precios de los distintos participantes del mercado para que, con ello, el consumidor tenga mejor información y sí se beneficie de lo que a todas luces parece ser más publicidad que realidad.

Quizá la mejor lección que se puede aprender de participar en la copia del Black Friday es que antes de comprar cosas hay que recabar la mayor información posible sobre los productos en otros lugares. Una lección aun mayor sería recordar que el impacto de estas cosas en nuestra economía es mínimo y cuestiones como el ahorro son mucho más importantes que una tele nueva.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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