El 1 de febrero de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio banderazo de salida a uno de los programas estrella de su administración: Sembrando Vida. La meta era reforestar con árboles frutales y maderables, así como crear empleos para campesinos en los estados que así lo requirieran y donde hubiera oportunidad.

El programa inició operaciones en Campeche, Chiapas, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán con, hasta diciembre del año pasado, 225 mil beneficiarios. Sin embargo unos meses después de haberse puesto en marcha las denuncias de mal funcionamiento y falta de planeación comenzaron a surgir.

Presentación Sembrando Vida
Foto: Especial

De acuerdo con una investigación de El Universal, campesinos de diversos estados inscritos en el programa afirman que los técnicos les piden una cooperación mensual para no sacarlos del padrón y para comprar lo que haga falta. Cosa que va en contra de lo que prometieron: que los sembradores tendrían todo lo necesario (semillas, plantas, insumos, material, capacitación, etc.) para llevar a cabo su labor de siembra y cuidado.

El mismo programa reconoce las carencias

Para empezar, en la primera sesión extraordinaria del comité técnico del programa (17 de septiembre de 2019), se explica que el principal reto es la siembra oportuna de los árboles maderables y frutales ya que no se tiene la oferta suficiente de plantas para atender la demanda de cada Comunidad de Aprendizaje Campesino.

Luego, en la segunda sesión extraordinaria del 21 de octubre del año pasado, se reconoce que de los recursos destinados para compra de herramientas, materiales e insumos para viveros, biofábricas y de uso general, solo se pudo ejercer el 66%.

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Foto: Cuartoscuro

¿Por qué? Simplemente porque lo que se planeó comprar fue rebasado por las cantidades que se requieren. Incluso se señala que en algunos casos el material adquirido no cumple con las características y especificaciones señaladas, lo que  provoca que no se alcancen las metas y objetivos.

Y esto se repetirá mientras más se extienda el programa en todo el país.

Las “cooperachas” obligatorias

Agricultores que forman parte del programa denunciaron que en cuanto les cae el apoyo (5 mil pesos al mes) los técnicos les piden una cooperación de 100 o 200 pesos para no sacarlos del programa ¿para qué? sabrá el creador.

Además, debido a que los materiales no están llegando en tiempo y forma, les avisaron que los beneficiarios tendrían que comprar las plantas y las semillas con su dinero.

Todo eso los deja con 2 mil 700 o 2 mil 800 pesos para sobrevivir durante un mes. Esto empeora porque los técnicos no dejan a las personas trabajar en otra cosa: deben dedicar el 100% de tiempo y esfuerzo a la siembra y cuidado de hectáreas.

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Foto: Cuartoscuro

Ya en una sesión extraordinaria se detectó

que había un número de técnicos sociales y productivos que habían incumplido con las obligaciones establecidas por el programa y que debían darles cuello. Pero, para variar, no existe un mecanismo que lo haga de forma correcta.

Hay denuncias incluso de que un técnico era licenciado en Psicología sin conocimientos en reforestación.

Y para acabarla de amolar se están deforestando parcelas

En marzo del año pasado, la organización civil Calixaxan denunció que campesinos de Puebla y Veracruz han deforestado sus parcelas para recibir recursos del programa.

El problema de deforestación se ha localizado en las comunidades de la sierra del Totonacapan, donde los dueños de las parcelas se han dado a la tarea de destruir sistemas agroforestales para el cultivo de café o plantíos de cedros rojos.

Por recursos, campesinos deforestan sus parcelas, denuncia asociación civil
Foto: especial.

Es por eso que para algunos especialistas y los mismos agricultores el programa debería llamarse Sembrando Muerte.

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