Por Diego Castañeda

La Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal 2018 resultó ser mucho más interesante por lo que pasó a su alrededor que por los contenidos mismos de la ley. El Senado la aprobó sin hacer modificaciones de la Cámara de Diputados, sin cambiar una sola coma. Eso sí, con mucha polémica producto del asunto del fiscal de la FEPADE y de algunas propuestas insensatas de algunos senadores.

Pura magia presupuestal

Empecemos por lo que sí se aprobó de la Ley de Ingresos. En esencia, la única novedad es que la Cámara de Diputados incrementó en 43 mil millones de pesos los ingresos federales con el súper poder de la aritmética. Incrementó el precio del barril de petróleo de 46 dólares a 48.5 dólares por barril y el tipo de cambio de 18.10 pesos por dólar a 18.40 pesos. Esos 30 centavos más en el tipo de cambio y esos 2.5 dólares más en cada barril producen esos 43 mil millones.  

Esa aparición mágica de dinero es un tanto peligrosa ya que, por la incertidumbre del TLCAN, es muy posible que el tipo de cambio sea mayor al que esperan y, de acuerdo a distintos expertos y al comportamiento de los mercados de futuros del petróleo, es factible que el precio de cada barril esté un poco por debajo de lo que la Cámara de Diputados modificó y que ahora el Senado ratificó.

Poca prudencia

Otro punto clave de la Ley de Ingresos es que parte de supuestos un tanto endebles, como que las expectativas de mejoras en los ingresos vía ISR, IVA y otros depende en buena medida de un supuesto de crecimiento económico de 2.5 por ciento anual para 2018 que también corre riesgo de no cumplirse; por ejemplo, si el TLCAN se cancela ese pronóstico no se va cumplir. Por eso es posible concluir que la Ley de Ingresos que se aprobó tiene un balance de riesgos crecientes. La prudencia no parece ser lo que reinó.

Contexto en el que se aprobó

Dicho lo anterior de la Ley de Ingresos, lo más interesante fue el contexto a su alrededor.

La Ley de Ingresos fue aprobada mientras se daba una fuerte batalla legislativa entre los distintos partidos políticos por el tema del fiscal de la FEPADE. Por un momento, la Comisión de Hacienda del Senado se volvió el campo de batalla del tema y la aprobación de la Ley de Ingresos parecía depender de una solución política al tema del fiscal. Esta discusión fue más intensa que todo lo ocurrido cuando se discutían los ingresos, pero terminó rápidamente sólo suspendiéndose un día. Al día siguiente se reanudó la discusión de la Ley y ese campo de batalla desapareció por completo.

Propuestas extrañas

El otro gran tema, al menos de debate, fueron algunas propuestas extrañas que se dieron durante la discusión de la Ley de Ingresos.

La propuesta de eliminar el ISR a personas que ganen hasta 10,299 pesos mensuales. Esta propuesta, si bien pudiera parecer atractiva y más en tiempos electorales, es nociva. Primero, porque por más sorprendente que sea para algunos, el ingreso per cápita de las personas en el decil 9 de la distribución del ingreso ganan apenas una cantidad que ronda justo los 10 mil pesos. Por lo tanto, dicha propuesta terminaría por hacer que casi nadie pagara impuestos en el país. Lo más grave es que en una situación de fragilidad en las finanzas públicas, una propuesta que cuesta más de 70 mil millones de pesos en recaudación sin proponer cómo compensarlos al largo plazo sólo deteriora a futuro el balance público.

Por otro lado es populista en el extremo ya que no beneficia a nadie entre los deciles 1 al 7. En los hechos sólo incrementaría la desigualdad entre la clase media y la clase baja de la sociedad. Un caso clásico de populismo fiscal, o lo que llama Paul Krugman la idea zombie por excelencia.  

Este par de discusiones amenizaron la discusión de la Ley de Ingresos 2018 que resultó francamente decepcionante, con poco análisis y donde la mayoría de las personas que pudieron verla seguramente terminaron muy aburridos. Con esta Ley aprobada ya sólo hace falta que la Cámara de Diputados apruebe el Presupuesto de Egresos en lo que a todas luces parece será una negociación política donde los temas clásicos de todos los años seguirán apareciendo. Los Diputados ojalá recuerden que esos 43 mil millones de pesos adicionales que se están generando en la Ley de Ingresos no pueden ser gastados en su totalidad. Sólo una cifra próxima a los 30 mil millones de pesos se puede usar en temas como la reconstrucción del sismo, el resto en teoría terminará en el famoso gasto federalizado; es decir, en los distintos fondos en los que el Gobierno Federal se supone le transfiere recursos a los estados.

Cuando se apruebe el presupuesto haré un análisis más a fondo y detallado, por lo pronto sólo vale la pena remarcar que el proceso de aprobación de Ingresos y Egresos parece necesitar una urgente reforma, urge un consejo fiscal.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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