Jorge Luis Preciado es un legislador bien padre. Se presta dinero solito, protagoniza el comercial más estúpido del mundo y se hace nudos de corbata sublimes. Esto último quedó claro cuando tomó 3:31 minutos de entrevista para enseñar a los reporteros su más nueva técnica: el nudo “santa trinidad” (por supuesto, es coordinador de los senadores panistas).
Como te informamos de forma puntual y comprometida, en junio de este año todos los senadores panistas recibieron un préstamo por la módica cantidad de 430 mil pesos. Nadie supo de dónde salió o quién lo autorizó, pero estamos seguros de que Preciado no fue, en primer lugar porque es bien lindo, y en segundo lugar, porque esgrimió el magistral argumento:
“Lo que yo dije es que hicieron un movimiento sin mi autorización”
Breve y certero, como debe ser. Luego mostró a los medios un cheque y dos cartas para probar que devolvió honestamente cada accidental centavo. Aún debe presentar más cartas y stuff para justificar los otros 350 mil pesos que meses antes recibió también cada senador de Acción Nacional. De todos modos, no dudamos que salga de aprietos, porque es un excelente abogado, como demuestra este folclórico comercial que él mismo dirigió (creemos):
Así es Preciado: muestra a los medios todo lo que tiene. Su corbata, por ejemplo. Estaba por comenzar el honorable informe de gestión de Ernesto Cordero, cuando Preciado decidió posarse frente a las cámaras y sorprender a todos con su intrincado nudo “triada o santa trinidad” que da como resultado un exquisito aborto de seda sintética:
Al principio es complicado seguirlo, pero después todo se vuelve claro como el agua. Paso a paso, doblez tras doblez, la danza de sus dedos realiza de manera algo imprecisa, pero apasionada, el nudo de corbata más horrible del mundo. El legislador a penas está “refinando” su maniobra, lo que explica la mitad de esa porquería. Merece nuestra comprensión, pues es un nudo tan raro que, según explicó:
“si lo cruzo para el otro lado, se hace un corazón, y si lo dejo en dos principios (?) se hace un barco. Pero éste es el más elegante, a mí me gusta más.”
¡Cómo demonios se pasa de un corazón a un barco con un doblez! La otra mitad de este adefesio se explica porque aprendió a hacerlo “ps’ como en cinco minutos, ey.”
Y luego viene su onírica narración surrealista sobre cómo aprendió a hacerlo:
“Pasé por un lugar y entonces todos los maniquís tenían una corbata distinta y un nudo distinto. Me metí y le dije al de la tienda ‘si me enseñas a hacer cada nudo que está ahí, te compro cada una de las corbatas’ y entonces me enseñó a hacer cinco o seis, y ya, yo aprendí a hacer los demás”
Es como una de esas historias conmovedoras en las que dos desconocidos forman una hermosa amistad maestro-alumno: como el Karate Kid de las corbatas o así.
Y es bien humilde. Si ya te prestaron más de 800 mil pesos así no más y ya presentaste todas tus cartas de amor para probar tu inocencia, pues al menos tienes la decencia de comprarte buenas corbatas. Pero según Preciado le compró a su mentor:
“como cinco [corbatas], pero de a 100, 150 pesos, no creas que es de esas que traen de allá, ¿de dónde? de la Marcus Neim [aquí suelta una risa dulce, maliciosa y conmovedora porque piensa que hizo referencia a la lujosa tienda Neiman Marcus, donde compraba Gordillo]
Ay, Preciado, eres el senador más padre.
Vía: ADN Político
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