A partir del ocho de julio de este año entrará en vigor una nueva forma de separar la basura en la CDMX. Así lo dio a conocer el director general de Ecología y Compromiso Empresarial (Ecoce), Jorge Treviño, quien llamó a la ciudadanía a informarse para aprender a separar la basura en cuatro partes, pues con la entrada en vigor de la norma NADF-024 el próximo mes, será obligatorio hacerlo así en la capital.

Próximamente, los capitalinos deberemos separar nuestros residuos en tres recipientes distintos: inorgánicos reciclables (contenedor negro), inorgánicos no reciclables (contenedor naranja) y orgánicos (contenedor verde). Además, si nos tenemos que deshacer de cachibaches voluminosos, ya no es necesario esperar a que pase la pick-up con su típica cantaleta “se compran colchones, tambores, refrigeradores, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que venda”.  Ahora, estos serán recolectados los domingos.

 

¿Cómo separar la basura?

Los residuos voluminosos y de manejo especial son aquellos como electrodomésticos, colchones, muebles, etc. Las pilas son un  caso especial, ya que están compuestas principalmente por metales pesados como plomo, mercurio, cadmio y zinc, los cuales pueden dispersarse y causar graves daños a la salud. Cuando se mezclan con el resto de los residuos, terminan en rellenos sanitarios, pudiendo quedar expuestas a reacciones químicas incontroladas que afectan las capas de agua, el suelo y el aire. Es por eso que cuando terminen su vida útil, hay que depositarlas en alguna de las 400 columnas de acopio del Programa Ponte Pilas con Tu Ciudad. En este enlace pueden encontrar la que les quede más cerca.

Los inorgánicos reciclables son aquellos que pueden volver a utilizarse; por ejemplo, envases o el Pet, aluminio, vidrio, madera, textiles, etc. Antes de tirarlos, todos deberán ser previamente lavados.

Los inorgánicos no reciclables son los no reutilizables, como cepillos de dientes, calzado, residuos sanitarios, colillas, etc.

La basura orgánica incluye todos los desperdicios de comida, huesos, jardinería, etc. Separar adecuadamente estos residuos permite que se puedan transformar en abono para plantas, alimento para animales de granja, jabones y hasta en biogás.

Todo suena muy bien ahora ahora, pero falta ver que de verdad se lleve a la práctica tanto por parte de los tamberos, camiones recolectores y, por supuesto, nosotros. 

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