La sombra del COVID-19 llegó nuevamente a Nueva Zelanda, quizás uno de los países que mejor ha controlado la pandemia. Y, para acabarla de amolar, se trata de un caso relacionado con una de las nuevas variantes del virus.
De acuerdo con las autoridades de Nueva Zelanda, el primer caso de contagio local fue detectado en una mujer de 56 años, la cual había viajado recientemente a Europa. Siguiendo con los protocolos, estuvo en cuarentena luego de su viaje, se realizó la prueba de rigor y ésta fue negativa…. Sin embargo, 10 días después, tras presentar leves síntomas, se realizó una nueva prueba y ésta dio positivo a COVID-19.
Debido a lo anterior, la mujer ya fue puesta otra vez en confinamiento… y claro, las autoridades de Nueva Zelanda comenzaron con el rastreo de todas las personas con las que la paciente tuvo contacto durante los días posteriores al termino de su cuarentena. La jefa de salud de Nueva Zelanda, Ashley Bloomfield, señaló que hasta ahora se han identificado a 15 personas con los que la mujer pudo haber tenido contacto.
Según indica Reuters, pese a la situación, las autoridades de Nueva Zelanda se mantienen calmas, debido a que las personas con las que la mujer tuvo mayor contacto (su esposo y peluquero) dieron negativo a la prueba COVID-19.
Este es el primer caso de COVID-19 reportado en Nueva Zelanda en los últimos dos meses, al menos en lo que respecta a transmisión comunitaria. El último fue el 18 de noviembre de 2020. De acuerdo con las autoridades locales, el contagio pudo tener su origen en las instalaciones designadas para cuarentena, debido a que la mujer regresó a éstas luego de cumplir su confinamiento.
Como sea, las autoridades de Nueva Zelanda establecieron que cualquier persona que haya ingresado al país desde el 14 de enero deberá estar en aislamiento obligatorio hasta que dé negativo en la prueba de COVID-19. Este confinamiento será en casa… pero los que ingresen a Nueva Zelanda en las próximas 72 horas tendrán que confinarse en un hotel, señala Reuters.