Lo peor: ya a nadie sorprende que así haya sido. En su regreso a los noticieros, la periodista Carmen Aristegui dio a conocer varios datos que revelan que el gobierno de Peña Nieto será recordado por varias cosas, menos por su austeridad. Y aunque sea fuera derroche espectacular… pero ni eso. Es gasto, sobre gasto que sólo sirve para intentar tapar proyectos mal planeados. O muy bien, si el objetivo es llevarse cuantos millones se puedan.

Ejemplo de lo anterior es la construcción del nuevo hangar presidencial. Innecesaria construcción que se aventó la administración de EPN para darle una guarida de igual calidad al criticado nuevo avión del mandatario. Seguro lo recuerdan, cómo olvidarlo, si el regalo de Calderón ni Obama lo tiene: un Dreamliner 787 que costó 218.7 millones de dólares.

En fin, el diseño del mentado hangar corrió por cuenta de las compañías SGS de México y Búnker Arquitectura. La construcción se encargó a Concretos y Obra Civil del Pacífico, empresa de Juan Armando Hinojosa Cantú… viejo conocido: mismo dueño de Grupo Higa y a quien se le debe la “Casa Blanca” de Peña Nieto.

casa EPN3

Tantas empresas metidas y de todas no se hizo una. A lo largo de los 18 meses de trabajos, algo que fue sello de la casa fueron los constantes errores y atrasos que, para nuestro pesar, a ellas les fue bastante bien retribuido. La modificación del proyecto original incrementó el costo 70% de lo previsto.

¿Y a qué se debió el retraso? Pues a que  los encargados de los planos de la construcción entregaron estos tarde, con errores, inconsistencias y, además, incompletos. ¿Sólo culpa de SGS de México y Búnker Arquitectura, entonces? No: a pesar de esto, Grupo Higa se lanzó a la brava y comenzó a trabajar desconociendo el proyecto, cambiando materiales y forma sobre la marcha… al grado de cambiar y destruir estructuras ya edificadas.

Bastante diferente el asunto. Así se proyectaba:

hangar presidencial1

Así resulto (la cosa ésa con forma de cubo):

hangar presidencial2

 Obviamente todo resultó en la necesidad de cambiar los contratos, para evitar que las empresas fueran sancionadas por el retraso. Al final, SGS de México se embolsó 60 millones de pesos por el diseño del trabajito. Aristegui no señala cuánto se ganó Grupo Higa por construir una obra que prometió costaría sólo 685 millones de pesos. El gastó final fue de mil 182 millones de pesos…

Y todo para que sólo se pueda utilizar hasta 2020 ya que, en uno más de los movimientos no previstos, el principal aeropuerto de la Ciudad de México cambiará de lugar de operaciones.

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