Este fin de semana, en gran parte del mundo se celebrarán acciones, marchas y conmemoraciones por el Día Internacional del Orgullo LGBT, una fecha que hay que decirlo, no es una fiesta, sino un recordatorio que por un lado busca fomentar la tolerancia y la igualdad para todas las personas sin importar su género y por el otro, recordar al mundo que ninguna persona debe avergonzarse ni mucho menos ser juzgada por lo que es, sin importar su sexo o identidad sexoafectiva.
La importancia de esta conmemoración ha logrado reconocer a junio como el mes del orgullo gay en gran parte del mundo. Excepto en algunos países, entre ellos Rusia.
Aquí, la homosexualidad está prohibida. Cualquier persona que se declare abiertamente homosexual puede ser multada y aquellos que expresen “comportamientos ajenos a las relaciones sexuales tradicionales, como pudiera ser un simple beso”, pueden ser condenados a una pena de 15 días de cárcel.
Apenas este martes, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Rusia por discriminación y vulneración de la libertad de expresión por avalar la llamada ley de propaganda gay con la que buscan desalentar el debate abierto sobre la homosexualidad.
Y aunque muchos dirán que “sólo es el gobierno” en la práctica esta ley terminó por avalar los ataques en contra de la comunidad LGBT, ataques que no sólo se volvieron más violentos, sino que se convirtieron en algo común.
La intolerancia pública aumentó al punto en el que el presentador de televisión Dmitriy Kiselyov dijo al aire que “a los homosexuales se les debe prohibir donar sangre, esperma y que sus corazones deben ser quemados en vez de ser usados para donación de órganos”.
Por su parte, el líder de Iglesia Ortodoxa Rusa afirma que manifestó el ascenso del Estado Islámico “es culpa de la aceptación mundial de la homosexualidad”.
Si, esta es la realidad de ser homosexual en en Rusia. Una realidad que también los enfrenta a cacerías, como las que se han dado últimamente a través de internet, en donde grupos conservadores se han infiltrado en chats o sitios de internet de la comunidad. Una vez que concretan una cita con alguien, se organizan y lo esperan para darle una golpiza, la cual es grabada para exhibir a las personas a través de redes sociales.
Esas mismas redes sociales que en otros lugares del mundo, como Estados Unidos o México, han dicho celebrar el mes del orgullo LGBT, con stickers o incluso banderillas para mostrar algún tipo de emoción.
Si hablamos de Facebook, la reacción que ha incorporado en este mes con los colores de la bandera LGBT y que representa el “me enorgullece” es de las más usadas en todo el mundo. Sin embargo, en Rusia, Facebook decidió no mostrarla. Tampoco aparecen los stickers de Instagram.
La compañía se defiende de las críticas afirmando que estas opciones son una versión de prueba y que no han sido lanzadas a nivel mundial. Aún así, no podemos olvidar que si hay lugares en donde estas iniciativas deberían ser impulsadas, es precisamente en países en donde activamente se violan derechos contra la comunidad LGBT. El ignorarlas, limitarlas o no mostrarlas, es seguir el juego al gobierno y asumir que para estas entidades, las personas LGBT “tampoco existen”.