¿Recuerdan el #TupperChallenge que inició el presidente del Senado, Martí Batres? Pues el coordinador del PRI en la Cámara Alta, Miguel Ángel Osorio Chong, argumentó este miércoles que se trata de algo “excesivo” y de acciones populistas. Dijo que considera que los mexicanos quieren austeridad pero no “acciones populistas”.

Lamentó que algunos legisladores (cof cof indirecta) estén rayando en los excesos, cuando lo que se tiene que valorar es el trabajo legislativo y la productividad.

Por si ya no recuerdan de qué se trata este reto, acá les dejamos la explicación del propio Batres: el chiste es que todos los legisladores lleven su propia comida en sus tuppers de su casa y eviten cargar comidas, desayunos, etc. al Senado.

En caso de requerir comer en un restaurante, que lo paguen de su propia bolsa.

¿Es una medida excesiva? 

A pesar de todo lo anterior, este día la Junta de Coordinación Política (Jucopo) determinó que cuando las sesiones se prolonguen por más de cuatro horas, tendrá que haber una barra de alimentos para los legisladores en el Senado.

Dicha barra no podrá costar más de 6 mil pesos, además de que cruelmente no habrá edecanes o meseros. Los desalmados aprobaron que ahora los senadores tendrán que bajar a un salón por sus alimentos y regresar a sus lugares… ¡cuanta crueldad!.

Sin embargo, el martes pasado, primer día de sesión plenaria de la Legislatura, los pobres senadores pasaron hambres en el pleno. Resulta, que en su día de debut, la sesión se prolongó por casi siete horas y se les pasó la hora de la comida. Entonces, como solo tenían agua y café si tuvieron que regresar el servicio de botanas y chapatas. 

Con información de El Universal

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