Tal como ya se esperaba y por segunda vez, este martes el proyecto propuesto por el gobierno de Theresa May con relación al acuerdo para el Brexit literalmente se estrelló en el parlamento británico. Estamos hablando del mayor voto de castigo registrado al menos en el último siglo con 432 votos en contra y solamente 202 a favor.

Ahora, la primera ministra tiene tres días hábiles para presentar un plan B y defender su liderazgo ante los parlamentarios.

En este sentido, Theresa May afirmó ante el parlamento que “cada día que pasa sin que este problema se resuelva significa más incertidumbre, más amargura y más rencor“.


Y para acabarla de amolar, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, aprovechó la frágil situación y presentó una moción de censura repitiendo que es necesario llevar a cabo unas elecciones anticipadas.

Para entender esto hay que mencionar que en Reino Unido el Primer Ministro puede permanecer en su cargo si conserva el apoyo de la Cámara de los Comunes, y cuando ya no es así, la cámara baja puede manifestar que ya no apoya al gobierno votando en contra de un voto de confianza o —como en este caso— proponiendo una moción de censura.

Una moción de censura entonces es un procedimiento solicitado por los partidos para exigir la sustitución del Primer Ministro.

De acuerdo con el diario El Mundo, la última vez que un primer ministro perdió una votación parlamentaria de tal manera fue en 1924 y la diferencia eran 166 votos. En el caso de Theresa May estamos hablando de una diferencia de 230 votos —entre los positivos y negativos—.

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Yo soy Gabriela Espinosa, pero díganme Gaby, si no siento que me regañan. Trabajo como reportera y redactora en Sopitas.com desde 2018 y desde entonces me enfoqué, en su mayoría, en hard news. En diciembre...

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