Casi al mismo tiempo que se daba a conocer la muerte del expresidente Alan García, otro mandatario casi andaba en las mismas (no por las mismas razones): el también peruano, Pedro Pablo Kuczynski, fue ingresado al área de cuidados intensivos, razón por la que se solicitó cambiar su estado de prisión preventiva a domiciliaria.

De acuerdo con DW, Kuczynski sufrió una alteración cardiaca durante la noche del martes… ahí para los que pensaban que sintió más pasos en la azotea, luego de darse a conocer la orden de aprehensión en contra del ahora fallecido Alan García. Al momento de su ingreso al nosocomio, Kuczynski cumplía una orden de detención preliminar por 10 días, en lo que se define la prisión preventiva de 36 meses solicitada por la Fiscalía, la cual lo investiga por acusaciones que lo llevaron a renunciar al cargo como presidente de Perú.

Un diagnóstico recogido en diversos medios peruanos señala que el expresidente sufrió fibrilación articular y hay un alto riesgo de una obstrucción en la arteria del corazón, por eso le realizarán un cateterismo”… mismo mal que se le reportó a Alberto Fujimori, expresidente a quien Kuczynski concedió el indulto en 2017 para abandonar prisión (revocado meses después, por cierto).

En fin, el caso es que la condición médica de Pedro Pablo Kuczynski fue colocada por delante para anular el requerimiento de prisión preventiva por 36 meses contra el exmandatario. El fiscal alegó que, además de los problemas de salud, Kuczynski ya está grandecito (80 años)… así que debería pasar su proceso por el caso Odebrecht desde casita: prisión domiciliaria, en lo que espera una pena que podría ser de hasta seis años. De acuerdo con las investigaciones, una empresa de Kuczynski recibió de Odebrecht cerca de dos millones de dólares entre 2007 y 2015. El dinero habría sido lavado por el expresidente peruano.

 

 

La defensa de Kuczynski ya había intentado librar a su cliente del encierro, solicitando permiso para que éste abandonara Perú para atenderse en Estados Unidos. Sin embargo, esta opción le fue negada… lo mismo que al parecer ocurrirá con la prisión preventiva, toda vez que el fiscal encargado del caso señala que los informes médicos indican que el expresidente no sufre de alguna enfermedad incurable.

Y así el asunto. Mientras que en otros países (cof, México, cof) el caso Odebrecht no le ha movido ni un cabello a funcionarios de alto nivel, en Perú ya dejó en evidencia que el poder lleva rato ligado a la corrupción. No uno, ni dos… ni tres, ¡cuatro expresidentes han sido vinculados al entramado delictivo!: el fallecido García, Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala y el prófugo de la ley, Alejandro Toledo.

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