¿A ustedes qué tal les fue en abril, mayo y junio? Pues seguramente les fue mucho mejor que a Pemex; que nada más en este segundo trimestre del año tuvo una pérdida neta —neta— de 163 mil 172 millones de pesos. 

De acuerdo a Reforma, y sirve para calcularle, en esta misma época del año pasado Petróleos Mexicanos reportó ganancias de 32 mil millones de pesos.

En su reporte publicado este viernes en la Bolsa Mexicana de Valores, Pemex dijo que las pérdidas arrancaron a partir de la depreciación del peso frente al dólar. La cosa aquí es que a pesar de haber reportado pérdidas, la empresa del Estado aumentó sus ingresos por ventas y servicios en un 35% comparado al mismo lapso del 2017.

Según Pemex, este incremento en los ingresos de ventas se debe a que los precios del crudo aumentaron 67%, porque si hablamos de producción la cosa no suena bien: esa bajó casi en un 8%. De acuerdo a su reporte, todavía no “se estabiliza el proceso” en las refinerías de Madero y Minatitlán después de los mantenimientos.

Además de dar sus rojos números, la empresa del Estado aprovechó para anunciar que desaparecieron una subsidiaria porque no generaba rentabilidad.

La subsidiaria se llama Pemex Cogeneración y Servicios y fue creada apenas en 2014. La ahora extinta rama de Pemex se dedicaba a “la generación, suministro y comercialización de energía eléctrica y térmica”.

Según explicaron, para que esta empresa generara “valor económico y rentabilidad” se requería de una reorganización corporativa que “le diera continuidad a la estrategia”. Sin embargo, a la hora de reacomodar el changarro en octubre del año pasado, notaron que no se requería la existencia de la subsidiaria.

Todos los procesos que llevaba la subsidiaria terminaron en manos de Pemex Transformación Industrial y este viernes decidieron ‘darle cran’ oficialmente.

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