Este 1 de diciembre, el presidente Enrique Peña Nieto comenzó el último año de su administración. El mandatario con los niveles más bajos de aprobación en la historia de México, inició sus últimos 12 meses de gobierno con una ligera mejora en la evaluación de su desempeño. De acuerdo con la encuesta más reciente del diario Reforma, el trabajo de EPN es aprobado por 1 de cada 4 mexicanos. Con esto, el presidente Peña Nieto se ha puesto cercano a los niveles registrados hace un año y 13 puntos arriba de su nivel más bajo, es decir, cuando aprobaron el gasolinazo en enero de 2017. Entonces, la popularidad del representante del ejecutivo descendió hasta los 12 puntos.
La consulta realizada por el periódico Reforma indicó que 75% de los ciudadanos consideran que el país no va por el rumbo correcto, mientras que solamente 12% contestaron que México va por buen camino. Por otro lado, 79% de los encuestados indicaron que las cosas se le están saliendo de control al presidente Peña Nieto. Las principales preocupaciones de los mexicanos, de acuerdo con el ejercicio, están relacionadas con la actual situación de inseguridad, la economía, la corrupción y el desempleo. La gestión de EPN obtuvo calificaciones desfavorables en combate a la pobreza (67 pts en contra), seguridad (70 pts), economía (67 pts), combate al crimen organizado (74 pts) y combate a la corrupción (79 pts).
Los temas referentes a salud y educación son los aspectos mejor evaluados del gobierno del presidente Peña Nieto. Para realizar esta encuesta, se entrevistaron a mil 200 personas entre el 23 al 27 de noviembre.
En las semanas recientes, el presidente Peña Nieto afirmó que por “cualquier cosa que ocurre hoy en día” se le quiere echar la culpa a la corrupción. “Y detrás de cada evento quieren encontrar un responsable, un culpable, y siempre decir ‘es la corrupción’, cuando no siempre asiste el que detrás de un evento, consecuencia de algo, tenga que ver la corrupción”, dijo EPN el pasado 16 de octubre. En otra de sus intervenciones recientes, el mandatario aceptó que los niveles de inseguridad han crecido en el país durante los últimos dos años, sólo para quejarse de que la sociedad civil le hace “bullying” a las instituciones del Estado.