La noticia de hace un par de semanas en la Ciudad de México fue que un espectacular en el Periférico estaba transmitiendo porno a plena luz del día. La del día siguiente fue peor: un bombero que intentaba quitar la lona de otro anuncio –al principio se reportó que intentaba apagar el anuncio de porno, resultó que esto no era cierto– cayó 20 metros y murió.

Aunque durante los últimos años se ha hablado de mayor regulación para espectaculares y otro tipo de publicidad en espacios públicos de la ciudad, la realidad es que los anuncios se han salido de control. Si algún sopilector llegó a quedarse atorado en el paso a desnivel de Constituyentes cuando estaba ese anuncio, con sonido, de mayonesa, sabrá a la perfección de lo que hablamos.

Pero, contrario a lo que uno pensaría, el problema de la publicidad en la Ciudad de México no es del todo culpa de Miguel Ángel Mancera. Él ha contribuido, sin duda, pero el lío viene de la administración anterior, la de Marcelo Ebrard. Veamos.

El mal negocio para la ciudad

Antes de que terminara su gestión como Jefe de Gobierno, y al mismo tiempo que comenzaba a ser cuestionado por la construcción de la Línea 12 del Metro, Marcelo Ebrard se encargó de otorgar un gran número de contratos de manejo de publicidad a diversas compañías. Esto lo hizo, según El Financiero, a través de su entonces oficial mayor (en términos llanos, un oficial mayor es quien maneja la lana), Adrián Michel.

Durante los últimos meses de la administración de Ebrard, la Ciudad de México otorgó los siguientes contratos:

1) 78,023 espacios publicitarios en el Metro a la ISA Corporativo SA de CV. De ésos el gobierno sólo recibía el 20% de dinero de la renta de estos espacios, el 80% restante se lo pagaban en especie, o anuncios del propio gobierno en el Metro. Es así de absurdo: el gobierno, en vez de cobrar porque alguien más se anunciara, le pidió de regreso el espacio de la publicidad a la compañía.

ISA lleva controlando los anuncios en el Metro desde 2002, pero con Ebrard renegociaron para que quedaran estos porcentajes.

No fue sino hasta 2014 que los porcentajes se volvieron a discutir. Al día de hoy, el pago es 57.29% en especie y el resto en efectivo. De los 25 millones de pesos que supuestamente recibe el gobierno por concesionar estos espacios, la renta termina siendo de 10 millones de pesos.

Anuncios Publicitarios en el Metro
Los excesivos anuncios publicitarios que se muestra en el Metro, son controlados por la empresa ISA. Foto: isa.com.mx

En pocas palabras: el gobierno de la Ciudad de México recibe poco más de 100 pesos al mes por cada anuncio que le permite a ISA.

2) 1,159 espacios publicitarios y 123 “espacios multifuncionales” a 5M2 Andenes SAPI de CV a cambio de 900,000 pesos al mes. Menos de mi pesos por anuncio. Sí, menos de mil.

(5M2 son la publicidad que uno ve en las estaciones de la línea 1 del Metrobús, por ejemplo.)

3) Un contrato de adjudicación directa –es decir, en el que no hubo competencia– a Ipkon S.A. de C.V. para explotar 102 túneles viales de la ciudad. Posteriormente se les adjudicaron 100 puentes peatonales de la misma manera. Ahí es donde uno escucha gritos y canciones de publicidad cada que se atora en el tráfico capitalino.

Esto sucede bajo una figura legal llamada Permiso Administrativo Temporal Revocable (PATR), regulado por la Ley de Publicidad Exterior del Distrito Federal.

Y los anuncios de los que hablamos son los que sí cumplen con la ley, porque según diversas ONGs, alrededor del 70% de los espectaculares de la ciudad son irregulares.

La “Vía Verde”

Pero Ebrard no está solo. Miguel Ángel Mancera ha argumentado en varias ocasiones que la Ciudad de México no tiene dinero para invertir en nada, y por eso ha recurrido a otras figuras legales como las Asociaciones Público Privadas (APPs), de las que ya hemos hablado aquí con anterioridad. Algunas las ha usado para intentar construir un centro comercial en plena Avenida Chapultepec, otras para construir una mega torre, también en Chapultepec, y la última para pegarle publicidad a las columnas del Periférico a cambio de que la compañía encargada –en este caso la mayor refresquera mundial– ponga plantas en otras. Ésta es la así llamada “Vía Verde”, un ejemplo de lo que se conoce como greenwashing.

Basta con darse una vuelta por Periférico Sur para ver el desastre: las plantas se encuentran en mal estado, pero la publicidad está en perfecto orden. Y así seguirá, pues, según expertos el proyecto hace más daño del que pretende eliminar. Pero eso sí, Mancera podrá presumir en el extranjero, como ha hecho en muchas ocasiones, que la Ciudad de México está a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático.

(Aprovecho para mandarle un saludo al community manager de Twitter de la Vía Verde, quien seguro me tuiteará una foto de la ciudad en blanco y negro y luego otra a color para mostrarme los supuestos beneficios de la iniciativa.)

Para que lo puedas platicar en el 1:40 que te tardas en calentar el tupper en la oficina

  • Marcelo Ebrard otorgó contratos de publicidad por más de 10 años a varias compañías, y lo hizo a precios regalados.
  • Algunos de los pagos son en especie: el anunciante le devuelve espacios al gobierno para que el gobierno se anuncie.
  • Y esos son los que pagan aunque sea algo. Hay un 70% de anuncios no regulados, que ni dinero dan por ponerse.
  • Miguel Ángel Mancera ha empeorado el problema. El caso más reciente es el de la “Vía Verde”.

Esteban Illades
Facebook: /illadesesteban
Twitter: @esteban_is

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