Por Esteban Illades

Comienza el año, terminan las vacaciones y regresamos a hablar de esa cosa horrible conocida como política, que, queramos o no, atraviesa toda parte de nuestras vidas.

2019, que empieza con gobierno nuevo en México y en Brasil y continúa en turbulencia en otros países, como Estados Unidos, será un año más acelerado que los anteriores en ciertos sentidos, por lo que vale la pena hablar un poco de las perspectivas nacionales e internacionales de este año.

México

Contrario a lo que se dice y repite en redes sociales, la mayoría de los mexicanos está esperanzada por el inicio del nuevo gobierno. Andrés Manuel López Obrador mantiene números altos de aprobación en distintas encuestas, y a pesar de que lleva un mes, incluso sus decisiones más polémicas cuentan con gran apoyo de la población.

Sin embargo, 2019 puede darle algunos golpes, sea por inercia, por sus decisiones o por lo que sucede a nivel mundial.

El primer caso es la economía. El presidente ya dijo que no aumentará impuestos durante la primera mitad de su período. No sólo eso, en algunos lugares, como la franja fronteriza del norte, reducirá algunos para incentivar la economía local.

Sin mayores impuestos y sin mayor deuda –cosa que también prometió–, López Obrador se verá obligado a, como dice él, hacer más con menos. Esto ya lo vimos en el presupuesto de egresos que presentó a mediados de diciembre. Distintos programas sociales, educativos y varias secretarías recibieron mucho menos dinero que antes.

Foto: Getty Images

Con un gasto más apretado –por más que se diga que se va a hacer bien–, el crecimiento económico no despegará como se ha prometido. Más cuando la exportación de petróleo, que sigue siendo fundamental para México, se verá lastimada a nivel internacional. Si las últimas semanas han sido guía, los precios del petróleo durante el resto del año se mantendrán relativamente bajos.

A esto hay que agregar que las economías de los países poderosos –China, Estados Unidos– están desacelerando, por lo que es probable ver un crecimiento menor en términos económicos.

En aspectos de seguridad no veremos resultados inmediatos. A mediados de este mes el Congreso discutirá, y probablemente apruebe, la creación de la Guardia Nacional, que sustituirá al Ejército en materia de seguridad federal. La Guardia, como se plantea hoy en día, es una especie de militarización plus del país; es decir, más militares en lugar de policías. De inicio, dada la inercia de la violencia en México, será imposible ver una reducción sustancial de homicidios a nivel nacional. En el mejor de los casos veremos una estabilización o, lo que es lo mismo, que la violencia se mantenga como está –lo cual ya es bastante alto–. Y se ha estudiado y comprobado que más militares no reducen la violencia. Por lo que la perspectiva de seguridad no pinta bien.

Foto: Roberto Hernández-El Sol de México.

En aspectos sociales será donde veremos el cambio más interesante. Los dos planes más ambiciosos del nuevo gobierno son las becas a los jóvenes y las pensiones a los adultos mayores. En el caso de los primeros, no se han hecho estudios al respecto, así que no sabemos si el programa funcionará o no. En otros países –Argentina es el ejemplo más cercano– se ha intentado, sin éxito, que el gobierno le pague a las empresas para que acepten pasantes a cambio de que los entrenen y posteriormente los contraten. Ya veremos si aquí sucede lo mismo que allá: el programa se canceló porque las empresas se aprovecharon de la mano de obra gratuita. Recibían pasantes, no les pagaban y al siguiente año contrataban nuevos al igual que el anterior. Todo a cargo del erario.

Lo mejor en el rubro social será, por mucho, el aumento en el salario mínimo, que por primera vez en décadas estará por encima de la línea de pobreza. Algo que vale la pena celebrar.

En términos de infraestructura comenzarán tres grandes proyectos: la refinería en Tabasco, el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía. El primero sólo en fase de planeación. El segundo, a pesar de no contar con estudios de impacto ambiental ni con consultas a pueblos originarios, iniciará pronto, y el tercero empezará, también en fase de estudios, en marzo de este año. De estos tres preocupan varias cosas, quizás la más importante en Santa Lucía: al día de hoy no hay autoridades de aviación internacionales que certifiquen su viabilidad, por lo que de construirse sin su apoyo, podría suceder la surreal situación de que ahora sí tengamos aeropuerto pero que nadie lo utilice.

Foto: especial

 

El mundo

A nivel mundial las cosas pintan más complicadas. En Sudamérica, el protofascista de Jair Bolsonaro ya es presidente de Brasil. El Amazonas sufrirá por ello, los brasileños más pobres también. Veremos más violencia y más policía en las calles. Veremos, en pocas palabras, a la extrema derecha en poder del país más grande de la región, con efectos nocivos para todo el continente.

En Venezuela, Nicolás Maduro volverá a asumir la presidencia. La caída económica continuará, el éxodo también. Las crisis de salud, de alimentación. Veremos a un país aún más destruido de lo que ya estaba, sin posibilidad, pronta, de salida. En un caso extremo veremos cómo se convierte en un Estado fallido.

Foto: @jairbolsonaro

En Estados Unidos Donald Trump preparará su reelección y el Partido Demócrata empezará a decidir a quién lanzará para combatirlo. Hasta ahora no hay un candidato claro, y habrá quizá una veintena de aspirantes. Mientras más tiempo tarden en elegir, más fácil tendrá Trump la posibilidad de quedarse en la Casa Blanca otros cuatro años.

Al mismo tiempo, Robert Mueller, el fiscal especial que investiga la injerencia rusa en la elección estadounidense de 2016, entregará su reporte final. Muchos esperan que esto concluya en el proceso de un impeachment, o juicio político; no obstante, falta mucho para llegar a ese punto, si es que incluso las conclusiones de la investigación de Mueller así lo sugieren. Tal vez Mueller concluya que Trump no es culpable. Tal vez sí. Y si llegara a hacerlo, nada obliga a que el Congreso inicie el juicio en contra del presidente.

Así que, para quienes esperan que Trump renuncie, las probabilidades son muy pequeñas.

El tema más apremiante, pero el más ignorado todavía, es el del calentamiento global. Las alarmas sonarán más fuerte este año, pero casi ningún gobierno las escuchará. En México construiremos una refinería, en China seguirán con el carbón. Donald Trump se mantendrá en la línea de que el fenómeno o no existe o no lo causan los humanos. Sólo en Europa se hará algo para combatirlo, pero no lo suficiente. En suma, seguiremos por un camino que cada vez está más cerca de su fin y que a la larga hará el planeta inhabitable.

 

En resumen

En México las cosas más o menos igual. Economía como el último año. Seguridad peor o igual. Pero más programas sociales, o al menos distintos. En el mundo más gobiernos de extrema derecha y más partidos del mismo corte. Trump en el poder. Y el cambio climático en aumento, sin que nos tomemos la molestia de combatirlo.

Padre, ¿no?

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Esteban Illades

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