Después de que el pasado viernes se realizó la detención de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Los Mochis, y de que se confirmara el inicio del proceso de su extradición a Estados Unidos, se comenzó a especular sobre una eventual pena de muerte contra el narcotraficante mexicano. ¿Esto sería posible?
Vamos por partes. Una vez que Joaquín Guzmán Loera fue llevado al penal del Altiplano, elementos de Interpol México solicitaron formalmente la ejecución de dos órdenes de captura contra El Chapo, quien tiene 20 causas abiertas por narcotráfico en seis estados (Arizona, California, Texas, Illinois, Nueva York y Florida). Por algunas de ellas el fiscal podría pedir una condena mayor.
De acuerdo a una fuente federal, este proceso podría tardar varios meses, aunque la idea es concretarlo lo más pronto posible. En ese sentido, las dos solicitudes recibidas por la fiscalía son por delitos graves, como asesinato y narcotráfico.
De estas causas, la más antigua fue interpuesta en San Diego, California, en 1995 y podría ser la base para el proceso de extradición. En aquella ocasión fue acusado por un tribunal por lavar dinero y conspirar para importar alrededor de ocho toneladas de cocaína.
Estos delitos son básicamente los mismos en los otros estados donde el Chapo tiene acusaciones, aunque hay casos en los que se suman cargos por compra ilícita de armas, asesinato, amenazas, secuestros y sobornos a autoridades.
Todo parece indicar que el gobierno de Enrique Peña Nieto concederá la extradición, y con estos cargos en su contra no sería tan complicado pedir pena capital contra Joaquín El Chapo Guzmán, sin embargo, esto NO ocurrirá debido a que México no extradita a ningún criminal a menos que cuente con las garantías de que éste no será sentenciado a pena de muerte.
Otro tema que también ha provocado que se especule, es sobre dónde sería juzgado primero. De acuerdo a The New York Times, lo más probable es que sea en Brooklyn, donde junto con otros líderes del narco tiene acusación por tráfico de drogas desde el 2009.
Ya veremos cómo avanza este proceso, donde la pena de muerte luce como una opción improbable.