Entonces tienen la mágica combinación de flojera, hambre y a eso le sumamos que están solos en casa. ¿Qué hacer? Dah, lo obvio, huevos hervidos.

Ponen el agua a hervir, los blanquillos dentro (para evitar el albur) y esperan. Una vez que están en el punto deseado, proceden a la tarea más difícil conocida por el hombre: Pelar un blanquillo (otra vez aquello del albur) hervido.

Siempre se rompe por pedacitos, se hace un batidillo el huevo y estamos seguros que Putin está a un blanquillo mal pelado de matarnos a todos.

Es para él y para todos ustedes que tenemos este mágico video, el secreto era sencillo, pero estaba bien resguardado.

Sólo pones un poco de agua en un vaso, metes el blanquillo (es que uno no puede tener suficiente cuidado con los albures aquí) y agitas.

Vean:

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