El pasado sábado (28 de junio), The Libertines ofreció su primer concierto en 4 años. Después de una difícil trayectoria que se vio marcada por las diferencias personales y profesionales entre Carl, Pete, John y Gary, el famoso grupo británico que dejó claramente su huella en el nuevo milenio está listo para olvidar su pasado y enfocarse en su regreso a los escenario y, posiblemente, al estudio de grabación.
Como ya muchos de ustedes se habrán dado cuenta, aquí en Sopitas.com siempre hemos estado muy al pendiente de todo lo que sucede con The Libertines, con cada uno de sus integrantes y con sus diversos proyectos. Esto es algo que cada uno de los redactores de música de este sitio ha decidido hacer por la importancia que tiene para su vida la música de esta banda. En mi caso, la importancia de The Libertines y su reunión va más allá de lo musical y lo nostálgico, es algo que nos hace creer que por más graves que sean los problemas entre las personas, al final [y aunque hay muuuucho dinero de por medio] las cosas se pueden arreglar y eso es justamente lo que está sucediendo con Carl Barat y Pete Doherty.
La primera vez que escuché algo de los Libertines fue cuando, en un programa de televisión (creo que cuando todavía pasaban videos de música en MTV), compararon mucho el debut de esta banda con el primer disco que lanzó The Strokes, Is This It. La primera vez que escuché completo el debut de los Libertines, Up the Bracket, fue a mediados de 2003 y fue en el ahora extinto Tower Records de Altavista, donde pedí que me “probaran” el disco. Esa vez supe que lo que había escuchado me estaba pegando de alguna manera, no porque la banda llegara a cambiar radicalmente el mundo de la música ni porque fuera el grupo que el planeta estaba esperando… sólo sabía que me había marcado de alguna manera.
Desde que Carl y Pete formaron The Libertines, la base de la composición de las canciones era la amistad y las aventuras que ambos músicos habían vivido en el Reino Unido durante su adolescencia. Así como cambió radicalmente la composición y el estilo de Noah and the Whale cuando Laura Marling se peleó con Charlie Fink y dejó al grupo, todo el mundo sabía que no había forma humana de que los Libertines pudieran existir sin Carl o Pete.
A pesar de que los Libertines solamente sacaron dos discos de estudio, la personalidad y rebeldía de sus integrantes hizo que todos nos enamoráramos de la banda y pudiéramos identificarnos de cierta manera con los temas que tocaba en sus canciones, además de que muchas de nuestras bandas favoritas actuales han citado a los Libertines como una clara influencia.
La importancia de la reunión de The Libertines radica en en el perdón que le ha concedido hasta cierto punto Carl a Pete después de todos los problemas que el abuso de alcohol y las drogas trajo a su relación personal y profesional. El simple hecho de que Carl pueda dejar a un lado todos esos meses de sufrimiento y traición que le ocasionó Pete y pueda volver a compartir con él un escenario y se atreva a decir que está dispuesto a regresar al estudio de grabación para trabajar en un nuevo disco nos ayuda a recapacitar en nuestros problemas personales con otras personas. Obviamente gran parte de la reunión de los Libertines se pudo realizar gracias a las miles de libras que se les ofrecieron a cada uno de los integrantes del grupo, pero de todas maneras se necesita la habilidad de poder perdonar a alguien para querer volver a trabajar con él.
La reunión del grupo marca el regreso de una legendaria banda que se disolvió en su mejor momento y que ni siquiera tuvo una carrera lo suficientemente larga como para quedar marcada por un mal disco o un cambio notorio en su música. La interacción que existe en el escenario entre Carl, Pete, Gary y John es algo que cualquiera que pueda verla en vivo va a disfrutar y va a dejarle en claro que el grupo sigue siendo un proyecto entre cuatro amigos que simplemente decidieron juntarse para hacer lo que más amana en esta vida. Si a esto le sumamos que, la verdad, todos creemos desde hace muchos años que Pete Doherty está a nada de morirse de una sobredosis, entonces el simple hecho de poderlo ver tocando esos grandes temas que lo convirtieron en toda una estrella de rock es algo que no se puede desaprovechar.
Es ahora o nunca el momento de rogarle a los Libertines de que hagan una gira internacional antes de que los problemas entre ellos resurjan (tristemente es cuestión de tiempo para que eso pase) y no queda más que aceptar que le tenemos envidia de la buena a todos los que en los próximos días serán testigos del regreso a los escenarios de una de las mejores bandas que surgieron en la década de los 2000.
Texto por: @RubenNSons