Sentados en la cara de la gente… así protestaron los inconformes con la nueva legislación de Reino Unido que prohibe ciertas prácticas sexuales en el porno y nosotros estamos muy de acuerdo ¿por qué?
Reino Unido, el país que se vanagloriaba de ser la cuna del liberalismo político, ahora se está metiendo a decidir qué prácticas pueden ser dignas de pornografía y cuáles no (de esas veces que el Estado se mete en la alcoba)
Para empezar, las prácticas prohibidas para los productores de pornografía británicos son:
- Spanking (las nalgadas).
- Caning (los azotes).
- Flagelación agresiva.
- Penetración por algún objeto «asociado con la violencia» (¿?).
- Abuso físico o verbal (amenos que sea consensual).
- Lluvia dorada.
- Interpretación de personajes no adultos.
- Dominio físico.
- Humillación.
- Eyaculación femenina.
- Estrangulación.
- Facesitting (sentarse en el rostro de otra persona).
- Fisting (meter el puño)
Las últimas tres prácticas, de hecho, caen en lo que ellos llaman actos «peligrosos para la vida» (¿?).
¿Pero, por qué tanto escándalo ahora con estas prácticas pornográficas?, ¿qué le hizo el sado-maso al mundo como para ser prohibido? Parece que lo que buscan es impedir que la gente siga viendo violencia en el sexo…pero ¿esto tiene sentido?
Que la gente vea algo no significa que lo va a reproducir y de la misma manera: no ver una práctica en el porno no significa que nadie la vuelva a hacer en esta Tierra.
Parece que la censura fue planeada por conservadores que en un acto de «buena conciencia» (por pensar en el mejor de los mundos posibles) buscaban eliminar cualquier rastro del violencia sin darse cuenta de que lo más peligroso no era lo que estaban censurando, sino que el propio sistema que reproducimos día a día lo sustenta: la violencia contra las mujeres no se elimina eliminando la lluvia dorada o los azotes sado-maso; se elimina con campañas públicas que hagan conciencia sobre el problema y sanciones efectivas en contra de los perpetradores de tales abusos…todo lo demás es hipocresía. Atacar a los efectos en vez de a las causas no termina con ningún problema.
Si queremos eliminar este tipo de violencias, debemos ser más creativos. Si estas personas se hubieran molestado en leer a las y los feministas de los últimos ¿qué? ¿20, 30 años?, entenderían que, si queremos enfrentar un problema, lo que menos podemos hacer es censurar. El mismo argumento lo desarrollo aquí, en mi artículo sobre el grito de «Puto» en el mundial.
Parece que necesitamos una educación sexual tanto pública como doméstica que aborde el tema de la pornografía, las parafilias y las demás prácticas sexuales no tradicionales.
¿Y la eyaculación femenina?, ¿por qué prohibirla si es la muestra gráfica de que las mujeres también pueden disfrutar del sexo?, ¿por qué ésa está mal y no la masculina? Algunos argumentos son bastante extraños, pues muchas mujeres creen que genera una expectativa irreal de lo que es una verdadera eyaculación femenina (las reales no sacan litros y litros de líquido vaginal). En el porno, las más de las veces, las eyaculaciones femeninas son otro tipo de líquidos que se expulsan tras retenerlos ahí un buen rato. Las enormes cascadas que salen en el porno puede generar inseguridad en las mujeres y una falsa expectativa en los hombres… pero pasa lo mismo con la eyaculación masculina, con el tamaño de los penes o… bueno, básicamente con todo lo que pasa en el porno, (aquí explico más sobre cómo funciona esto en el porno). La gente debería estar consciente de que lo que pasa en el porno no pasa en la vida real, y eso lo vas a lograr diciéndolo, no prohibiendo lo irreal.
Por otro lado el facesitting está prohibido porque obstruye las vías respiratorias de los hombres y su vida corre peligro… ¿Es en serio?, ¿la vida de los hombres corre peligro ahí y no la de las personas que se meten un pene a la boca hasta la garganta? Parece que no hay argumentos suficientes como para prohibir una práctica sexual así y no prohibir otras. Y, obviamente, la respuesta no es prohibir ambas, sino comprender los riesgos de ambas.
No sabemos qué harían los británicos con expresiones como los performances pornoterroristas…se infartarían.
La pornografía no debería ser la manera en la que aprendemos sobre nuestro cuerpo ni sobre las relaciones sexuales, todo eso deberíamos aprenderlo en la escuela y en el hogar… pero no, las «buenas conciencias» prefieren ahorrarse la molestia y mejor prohibir las cosas. Creen que si ellos no lo ven, entonces no existe, no podrían estar en una equivocación mayor).
Una de mis directoras de posporno preferidas, Erika Lust, expresó al respecto:
«Necesitamos repensar sobre lo que es ofensivo o peligroso y sobre lo que es, de hecho, la naturaleza humana normal, y recordar que es más importante educar que regular»
¿Alguien quiere pensar en los niños?
Muchos de los argumentos afirman que porno así no debería producirse para que no lo vean los niños. Bueno, si de verdad les preocupara esto, informarían y educarían a los niños antes de mantenerlos en la ignorancia. Los niños necesitan tener armas para entender el mundo que los rodea, no seguir ignorando las diferentes formas en las que la gente vive su sexualidad y la manera en que funciona su propio cuerpo. No se trata de enfrentarlos irremediablemente al porno. Se trata de que cuenten con conocimientos y formas de abordar un tema al que, con mayor o menos probabilidad, se verán expuestos en algún momento.
La verdad es que decir que algo se hace para proteger a los niños (aunque en realidad, es muy raro que un niño pueda tener acceso a un sitio sado-maso) solo sirve para algo: conseguir votos conservadores.
La increíble protesta
Pues si no los quieren en las pantallas de los ordenadores, lo tendrán en las calles. Si el gobierno se mete en la cama de las personas, ¿por qué no sacar la cama, hacerla pública y manifestarse? Pues esto fue lo que hicieron frente al Parlamento británico:
Su carteles tienen la cara del primer ministro británico, David Cameron, y dicen: «No puede hacer que su mujer se venga, lo censura en el porno»
Su cartel dice: «Las vulvas no matan gente, los revólveres sí. Tengo una puta vagina, y ella no te matará»
Ella dice: «Venirse no lastima»
Al final, no es la violencia de las relaciones sado-maso la que mata (ya que estas relaciones se dan por consentimiento, y paran cuando alguno de los participantes ya no quieren seguir, eso lo sabríamos todos si estuviéramos bien informados), la violencia que mata es la que está afuera. Es la violencia de la gente que sale y cree que pueden golpear a un homosexual o que la mujer debe estar subyugada al hombre (o que no deben tener derechos, o que deben ganar menos o no tener acceso a las prestaciones y beneficios que gozan ciertos sectores de la población). Lo que mata también son las políticas estatales, la inexistencia de programas sociales que, en serio, se dediquen a parar con el problema de la violencia contra los grupos vulnerables, las políticas públicas que vulneran ciertos grupos y que los exterminan o activamente o por abandono (pues no los reconocen o no le dan las mismas ventajas que tienen otros ciudadanos)…todo eso es lo que mata, no que una mujer se venga a litros en una peli porno.
Pero en vez de atacar el problema público en serio, se están metiendo solamente con paliativos en el ámbito de lo privado. Pues si el Estado quiere meterse con la libertad de expresión y quiere meterse en la cama de la gente, parece que es buena idea sacar la cama a las calles y manifestarse…a ver si no espantan por ahí a David Cameron.