Seguro ya lo leyeron en alguna red social durante este futbolero fin de semana: “DESPIERTA MÉXICO: la victoria contra Alemania es una cortina de humo para la privatización del agua en nuestro país”. Sí, el agua es un tema importantísimo para la nación, pero así como que la “privatizaron” pues no; es mucho más complejo que eso. Tampoco —a pesar de nuestra fascinación por las teorías de conspiración—, la firmaron en lo oscurito mientras tú festejabas el regate de Lozano.

Entonces, ¿qué pasó?

El tema de la privatización del agua regresó a la discusión pública porque Enrique Peña Nieto firmó 10 decretos para la Reserva de Agua. Así se llaman, a nosotros no nos culpen.

Fuera del nombre, estos decretos no se firmaron a escondidas durante el debut mundialista de El Tri. En realidad, se firmaron en un evento público el 5 de junio, casi 10 días antes de que arrancara la fiesta más grande del futbol. El evento en cuestión era para festejar el Día Mundial del Medio Ambiente. Acá está la información de Notimex, que, a pesar de las carencias, es confiable para la agenda del presidente.

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En el evento de ese día estaba el Secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano; el Director General de la Conagua, Roberto Ramírez de la Parra y el Director General de World Wildlife Fund —la ONG del logo del pandita—, Jorge Rickards.

La versión de la ONG presente en la firma dice que estos decretos “representan una visión de futuro, ya que plantean un camino sustentable (…) que evitará la grave sobrexplotación, contaminación y escasez que vivimos en otros muchos ríos del país”. Aquí está su comunicado.

Por otro lado, las voces críticas de estos decretos dicen que la firma de Peña Nieto “abre la puerta para que 55 por ciento del agua se utilice para fines lucrativos, ya sea privatizando directamente el manejo del agua en organismos operadores empresariales municipales o entregando concesiones de agua para las distintas empresas extractivas del país”.

Y ya en serio, ¿qué se firmó?

Como dijimos, Enrique Peña Nieto firmó 10 decretos sobre el Agua el 5 de junio. Estos, se publicaron al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación.

Los decretos se enfocan en diferentes regiones hidrológicas nacionales. Hay uno para el área del Grijalva-Usumacinta y otro para el Papaloapan. Hay un decreto para el Pánuco, otro para la Costa Grande de Guerrero, dos diferentes para San Fernando — Soto la Marina (A y B) y uno distinto para la zona de Lerma-Santiago. Además de esos, Peña Nieto firmó un decreto más para Actopan-Antigua. Tambiénla Costa de Jalisco tiene el suyo y Ameca no se quedó atrás.


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Como leer la publicación entera de cada uno de los decretos en el Diario Oficial de la Federación es un castigo para cualquiera que aprecie su tiempo libre; en resumen, cada uno de ellos elimina la veda que existía en esas zonas. Algunas de esas limitaciones llevaban activas desde los años treinta, por cierto.

Tanto papeleo equivale a que 300 cuencas hidrológicas —de las 756 que existen— ya no tengan el estatus de veda y que se conviertan en zonas de reserva. 

¿Y eso qué?

Aunque “Zonas de Reserva” suena bonito y el presidente anunciaba que estas zonas hidrológicas se guardarían para garantizar el acceso al agua y la conservación ecológica; la verdad es que tienen otros puntos preocupantes.

Uno de los detalles principales es la desaparición de zonas “en veda” para convertirse en lugares que son de “uso público urbano” y, de paso, darle a la Conagua y a los gobernadores la facultad de otorgar permisos y concesiones, en lugares donde no existían.

Algunas implicaciones

Una organización civil que se llama Agua para tod@s publicó un análisis de lo que estos decretos podrían significar y sinceramente, plantearon un panorama poco alentador.

Primero, dijeron que estos decretos le abren la oportunidad a las grandes transnacionales para obtener las concesiones necesarias con la ayuda de un marco legal establecido. Luego, criticaron que se publicara como algo que busca ayudar al medio ambiente y en realidad, guardar grandes cantidades de agua para la creación de presas. Además, notaron que en ningun lugar se menciona que “es un derecho humano”.

Además, el análisis de esa ONG recuerda que tras la firma de EPN, se ponen en riesgo las concesiones de comunidades indígenas y núcleos agrarios. A eso, súmenle que los decretos publicados por Peña Nieto están basados en una ley que ya no debería existir. No es crítica, de verdad, por reformas constitucionales la Ley de Aguas Nacionales tendría que haber sido reemplazada desde el 2013.

¡Ya córtale!

En resumen no, no privatizaron el agua mientras tu cantabas el Cielito lindo. Sin embargo, con el pretexto de cuidar el medio ambiente, Enrique Peña Nieto firmó unos decretos que tienen muchas implicaciones sospechosas sobre la situación del agua en nuestro país.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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