Recientemente, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) impuso una multa de cuatro millones treinta mil pesos a los organizadores de una fiesta privada que se llevó a cabo en la Isla Salmedina del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV).

Resulta que esa zona está protegida porque en ella vive la tortuga carey, y aunque se aclaró que no se manipuló de manera indebida a ningún ejemplar, sí quedaron restos de basura y pirotecnia.

Los inspectores de la Procuraduría llevaron a cabo una inspección al día siguiente y asentaron toda la información en el acta correspondiente, por lo que se inició una investigación para identificar al responsable de la organización del evento.

En ese informe se asentó que quedaron residuos de pirotecnia que hubieran podido ocasionar un incendio, además del impacto que generó el humo y el ruido de las explosiones. Además, como finas personas, se encontraron cubiertos de plástico, popotes, colillas de cigarros y vasos de plástico.

¿Y la fiesta? 

El evento ocurrió el pasado 25 de agosto, en el cual particulares realizaron una fiesta sin autorización en el cayo arrecifal conocido como Isla Salmedina. Como lo menciona el reglamento en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental de la Profepa, se tiene que contar con una autorización correspondiente para garantizar que el entorno y las especies que en él viven no resulten dañados.

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