Sin hay algo que agradezco de nuestro país, es la completa libertad para navegar la red. Sería trágico que de la noche a la mañana, nuestras autoridades decidieran legislar en contra de nuestro acceso al mundo.
Un caso terrible es el de Bielorrusia –“la última dictadura en el corazón de Europa”, según Condoleezza Rice– donde se ha prohibido acceder a páginas extranjeras. Así es, queridos internautas, en algunos países todavía creen que prohibir el libre uso de la red es valido.
Según la ley a los internautas bielorrusos, visitar páginas extranjeras constituirá un delito penado por multas de hasta 125 dólares.
Esta legislación entrará el 6 de enero, a partir de entonces las empresas deberán usar sólo dominios locales para ofrecer sus servicios, para vender sus productos y hasta para usar correo electrónico. Y como si esto fuese poco, tampoco podrán entablar negociaciones con otros países a través de internet.
Y quienes posean un cibercafé podrán ser penados con el cierre definitivo de su negocio si desde él se viola la nueva ley. Y como cereza al pastel, el Gobierno está preparando una lista adicional de páginas que no podrán ser visitadas.
Sin duda, todo esto suena como una enorme broma de mal gusto, pero desafortunadamente el mundo sigue teniendo esas pequeñas islas con retrogradas autoridades.