Mañana debería terminar la incertidumbre: Estados Unidos votará y decidirá quién es su nuevo presidente, si Hillary Clinton o Donald Trump. Hace un par de semanas hablamos en este espacio sobre el complicadísimo proceso de votación allá; a diferencia de otros países, en Estados Unidos no necesariamente gana el candidato que obtiene más votos. (Algunos dirían que en México tampoco, pero ése es otro asunto.)
A lo largo de estos meses hemos visto tres debates presidenciales y uno vicepresidencial. También a los candidatos pararse una y otra vez frente a multitudes para dar discursos. Trump se ha caracterizado por mentir –antier, según un reportero, rompió su récord al declarar 40 cosas falsas– y Clinton por explicar por qué Trump sería mal presidente. Al igual que en las campañas mexicanas hemos escuchado muchos lemas (I’m with her, o “Estoy con ella”, en el caso de Clinton y Make America Great Again, “Hagamos a Estados Unidos grande otra vez” con Trump), pero pocas cosas en verdad sobre cómo gobernarían.
En México, los candidatos acostumbran a “escribir” libros durante la campaña presidencial. Son pocos los que los leen o se los toman en serio, pero adentro de ellos se supone que están sus planes para gobernar. En Estados Unidos es mucho más sencillo: ambos candidatos tienen sus plataformas disponibles en línea. ¿Qué piensan Clinton y Trump en verdad? ¿Qué quieren hacer en los próximos cuatro años si los eligen presidente? Y, más importante aún, ¿cómo nos va a afectar a los mexicanos?
Hillary Clinton
En la sección de Issues (“Temas”) del sitio de Clinton hay 40 asuntos listados como prioritarios, que abarcan distintas categorías: educación, economía, medio ambiente, salud, justicia y seguridad. Como tal, México no se menciona una sola vez. Pero varios de los apartados nos conciernen a nosotros.
Por cómo están jerarquizados los temas, el primero que tiene que ver con México es el quinto, Addiction and substance use (“Adicción y uso de sustancias”). Según su sitio, Clinton intentará manejar la crisis de drogas en Estados Unidos como un problema de salud y no un problema criminal. Esto es importante, dado que como ha mostrado la Guerra contra las drogas que inició Richard Nixon en los 70 y que aquí retomamos con Felipe Calderón, criminalizarlas no ha resuelto el problema.
Clinton dice que su gobierno se enfocará en prevención y tratamiento: mostrar los daños que causan las drogas e incrementar la ayuda a personas que sufran de adicción. Algo que no dice su propuesta, y que tendremos que ver, es cómo tratará al narcotráfico como tal; si su política hacia México sigue siendo la misma de Barack Obama, de George Bush y de todos sus antecesores: dinero y equipo militar para enfrentar a los cárteles. Mientras eso siga igual, la propuesta de Clinton respecto a drogas no logrará reformar mucho.
El siguiente tema en importancia es manufactura. Clinton promete “prevenir que países como China abusen de las reglas internacionales de comercio”, así como “tomar medidas en contra de compañías que se lleven a las fábricas”. Aunque no habla de México, aquí cabemos nosotros. Muchas de las grandes manufactureras –automóviles, televisiones y electrodomésticos, entre otros– han abierto plantas en nuestro país dado que la mano de obra es más barata. Éste será un punto crucial en la relación México-Estados Unidos: qué hará Clinton con esas compañías y si renegociará el Tratado de Libre Comercio que tienen nuestros países. En los debates ha dicho que eso hará, falta ver en qué condiciones.
Por último, y aunque más abajo en la lista, Clinton promete una reforma migratoria que “abrirá un camino a la ciudadanía” de migrantes. Aunque no menciona explícitamente la palabra “ilegal” o “indocumentado”, Clinton dice que buscará frenar las deportaciones de migrantes, así como cerrar los centros de detención, donde muchos de ellos pasan meses en espera de poder entrar a Estados Unidos o de ser deportados.
El punto más importante de esta sección es que busca ampliar los derechos de salud para ellos: dice que sin importar estatus migratorio, las personas deben tener acceso a cobertura médica. Aquí lo crucial será ver si en realidad cumple con ello. con Barack Obama se habló de un freno a la expulsión de migrantes indocumentados, pero en realidad, su gobierno ha roto récords de deportación. Ningún gobierno durante los últimos 30 años ha expulsado a tantos migrantes como el suyo.
Donald Trump
En el sitio de Trump hay 15 propuestas básicas. Ahí sí se menciona a México por nombre, y, al ser Trump, claro que es de forma negativa. En la sección de Trade, “Comercio”, Trump menciona en el punto cuatro que se buscará renegociar “de manera inmediata” el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, y en caso de que no aceptemos, Estados Unidos lo abandonará. También promete “eliminar las maquiladoras mexicanas” pero no dice cómo.
En Regulation, “Regulaciones”, dice que reformará “todo el código regulatorio” para “mantener los trabajos y prosperidad en Estados Unidos”. Tampoco dice cómo, pero implica que reformará las leyes para que las compañías estadounidenses no vengan a México.
El apartado de migración es sin duda el más duro. El primer punto va dirigido directamente a México, y los otros nueve bien podrían tener nuestro nombre tamibén. Para empezar –y esto está resaltado en letras rojas– habla de la construcción “de un impenetrable muro físico” en nuestra frontera, el cual pagaremos nosotros. ¿Cómo? Aunque aquí no lo explica, en varias entrevistas ha dicho que no será nuestro gobierno como tal, sino que planea agregar impuestos a las remesas que envíen los migrantes de regreso, y que ese impuesto sirva para financiar el muro.
También dice que desde el primer día utilizará a todas las agencias de seguridad para expulsar a los indocumentados del país (de hecho triplicará el número de agentes migratorios), que los indocumentados serán identificados con datos biométricos al ser deportados para evitar que regresen, que no habrá ningún tipo de amnistía y que eliminará todo incentivo laboral. En pocas palabras, va a hacer que ninguna persona se quiera mudar a Estados Unidos en búsqueda de una vida mejor.
Por último, y relacionado al tema de migración, Trump quiere “apoyar a los dueños de armas a que se defiendan a sí mismos, porque la policía no puede estar en todos lados todo el tiempo”. Esto se puede interpretar de muchas maneras –todas espeluznantes–, pero una de ellas es que da permiso a las personas a dispararle a alguien si se sienten amenazados. No es descabellado pensar que bajo Trump los migrantes mexicanos tendrán un blanco marcado en la espalda.
Éstas son las propuestas de ambos candidatos respecto a México. Si hubiera que compararlas, podemos decir que las de Clinton son mucho menos dañinas para nosotros que las de Trump. Pero, de cualquier forma, debemos esperar años complicados para nuestro país gane quien gane.
En el mejor de los casos se mantendrá una política que tratará de igual manera el narcotráfico, que nos seguirá enviando armas y equipo militar y que no cambiará mucho su trato hacia los migrantes. En el peor… mejor no pensar en eso ahorita.
Esteban Illades
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