Famoso por la fuga de Joaquín “el Chapo” Guzmán en enero de 2001, el Centro Federal de Readaptación Social número 2 Occidente —conocido como Puente Grande— cerrará sus puertas en medio de los casos COVID-19 y busca de la “modernización” del sistema penitenciario.
La noticia ha sido tendencia en redes y se dio a conocer mediante el Diario Oficial de la Federación (DOF), que explica el propósito del cierre: “Generar acciones para la modernización y reingeniería en materia penitenciaria, privilegiando lo establecido en el artículo 18 de nuestra Carta Magna, que señala que el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos”.
Los casos COVID-19 en Puente Grande
El penal de Puente Grande cobró fama tras la fuga del Chapo Guzmán, el 19 de enero de 2001 —que contó con el paro de varios funcionarios del cereso.
Sin embargo, la “mala fama” de esta prisión de alta seguridad continuó en los reportes de violencia o violación a los derechos humanos, como el que apareció en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CDNH) 2019.
Ahí, la Comisión calificó al penal de Puente Grande con una puntuación de tres sobre 10 —obvio, 10 era la mejor calificación.
Entre otras cosas, la prisión de Puente Grande —ubicada en la carretera libre a Zapotlanejo, Tonalá, Jalisco— reportó una sobrepoblación con seis mil 903 personas, para los dos mil 992 lugares diseñados originalmente.
Eso y la falta de personal médico y las condiciones higiénicas fueron grandes problemas para la administración de este penal donde han caído narcos de distintos cárteles.
En tiempos de la pandemia de coronavirus, familiares de los presos denunciaron que el penal de Puente Grande era un foco de infección, pues no se podía aplicar la sana distancia y las medidas higiénicas eran mal aplicadas.
Los contagios alcanzaron al director de Puente Grande, Salvador Almonte Solís —quien tuvo que salir de manera temporal y en su lugar entró el subdirector Alberto Corona, asesinado en junio pasado, cuando salía de esta prisión.
De acuerdo con La Jornada, capos como Moisés Escamilla, conocido como el Gordon May y exlíder del cártel de los Zetas en el sureste de México y Alejandro Pizano, jefe de escoltas de este grupo, murieron por coronavirus.
Puente Grande alberga a narcotraficantes como el Mochomito, Jesús Alfredo Beltrán Guzmán, y Miguel Félix Gallardo, líder del cártel de Guadalajara.
¿Qué pasará con los reclusos y trabajadores?
Según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, los reclusos serán llevados a prisiones federales —sólo las que ordene el comisionado de Prevención y Readaptación Social. En cuanto a los trabajadores de Puente Grande, serán reubicados en otros centros penitenciarios federales.
Y por lo pronto, queda en “veremos” el destino final de Puente Grande, ¿qué hará el gobierno Federal con el inmueble?, ¿qué sucederá con estas instalaciones?
