Finalmente después de tanta espera, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y su equipo de transición presentaron el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024. El encargado de explicar los 8 puntos que conforman esta estrategia fue el próximo secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo.

El objetivo es los mexicanos recuperen la tranquilidad y confianza en las instituciones, teniendo como prioridad “garantizar la paz”.

En primer lugar, la nueva administración se va a enfocar en erradicar la corrupción y rehabilitar la procuración de justicia. Para esto se planteó la eliminación de fueros, el monitoreo en tiempo real de todas las adquisiciones del Gobierno para que no salgan con que a Chuchita la bolsearon y la erradicación de paraísos fiscales.

Además, la idea es que las declaraciones patrimoniales de los funcionarios, así como de impuestos, sean obligatorias.

Luego se va a trabajar en la generación de empleo para garantizarlo a todos los mexicanos, así como la educación y la salud por medio de programas de desarrollo y bienestar que se enfoquen en reducir la pobreza y la marginación.

La idea es atacar el crimen desde el fondo.

En tercer lugar, se perseguirá y castigará la represión, tortura y todas las violaciones a los derechos humanos. Se tiene que garantizar el respeto y promoción de los derechos humanos.

Para que se regenere la ética de la sociedad, es importante que se cree una constitución moral para mejorar la relación que actualmente tenemos tanto en lo individual como en lo colectivo. La promesa es que el gobierno sea austero en todo momento, honesto, incluyente y que respete las libertades.

Uno de los puntos más importantes del plan es la reformulación de la estrategia para el combate de las drogas. Durazo afirmó que actualmente existen narcóticos cuya prohibición ya es insostenible por parte del gobierno.

Una de las salidas a esta problemática es, de acuerdo al equipo de transición, que ciertas sustancias dejen de ser perseguidas por el gobierno pero que se tenga un control clínico en los casos en que ya exista una adicción.

Los recursos serán entonces reorientados en la reinserción y desintoxicación.

Le llegó el turno al proceso de pacificación, y con ello la polémica amnistía.

La propuesta es que se ofrezca amnistía a algunos grupos infractores, lo que implicaría reducciones en las penas y la posibilidad de que “opten por un cambio de vida”. La condición es que los colectivos y las víctimas accedan a dar el perdón.

El argumento es que ya se intentó hacerles frente por medio de métodos violentos con policías y militares, y más que terminar con el problema, resultó contraproducente y trágico.

De acuerdo con Durazo, hay que “emprender un proceso de pacificación con las organizaciones delictivas”, además de adoptar modelos de justicia transicional para garantizar los derechos de las víctimas.

En ese sentido, el séptimo punto es la recuperación del control de las cárceles y su correspondiente dignificación. También se plantea orientar más recursos y esfuerzos para trabajar en los programas de reinserción social.

Y, llegamos a lo mero bueno: la Guardia Nacional.

A pesar de que primero no, y luego dice mi mamá que siempre sí, el próximo secretario de Seguridad Pública estimó que esta corporación va a estar lista en tres años y va a estar integrada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como una fuerza adicional.

Se va a resolver en tres etapas: primero se integrará a la Policía Militar, Naval y Federal; luego se van a sumar los miembros activos de las Fuerzas Armadas; para finalmente convocar a la juventud en general a que se incorporen, hasta sumar 50 mil elementos.

El país, entonces, va a estar contemplado con 266 regiones, además de que se van a destinar otros tantos destacamentos de la Guardia para la prevención, investigación, detención y presentación de detenidos ante el MP, así como la aportación de pruebas que exige la ley.

Durazo afirmó que esta corporación va a resolver el vacío legal que existe en los institutos armados al estar en las calles. Es decir, la falta de una institución policial que sea profesional y capaz.

Peeeero… el ejército va a ser encargado de entrenar a los policías navales y federales que se integren a la Guardia. Ya de paso también a los civiles que le entren. ¿El ejército ahora va a ser entrenador?

En otras palabras, el Ejército será el encargado de capacitar a los elementos de la #GuardiaNacional, que se integrará de policías navales y federales y, eventualmente, de miembros de la sociedad civil. https://t.co/OLOmoXGDmY

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