En estos tiempos en lo que lo políticamente correcto ya no deja lugar al cotorreo, Judy Shalom Nir Mozes, esposa del ministro del Interior de Israel, intentó mostrar al mundo su lado cábula… sin embargo lo hizo a costas de un personaje con el que no muchos tienen permitido meterse y con un tema con el que actualmente es preferible no moverle.

A través de su cuenta Twitter, doña Judy compartió con sus 74 mil 400 seguidores un chiste que por ahí escuchó y que creyó que causaría gracia entre el público de las redes sociales… “¿Saben qué es el Café Obama? Negro y aguado”… o flojo.

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Como era de esperarse, la ola de críticas no tardó en llegar y, aunque algunos en buena onda simplemente le recomendaron borrar el tweet (lo cual hizo inmediatamente), otros se le fueron a la yugular en inglés y hebreo a la esposa de Silvan Shalom… quien por cierto también es una reconocida presentadora de TV, de ahí su robusto número de seguidores y el impactó que su chistorete causó.

Por lo anterior, Judy publicó una serie de tweets disculpándose por lo que calificó de “broma idiota”… pero no es la primera vez que la esposa de Mozes está envuelta en una polémica parecida.

En 2012, tuvo que renunciar a su nominación para representante de la Unicef en Israel, luego de azotar toda una tormenta política al publicar –esta vez en Facebook- mensajes de apoyo al bombardeo militar de Israel sobre el territorio de Gaza, además de otros señalando que los palestinos simplemente eran “personas cuyos hijos están alimentado el odio hacia Israel… lo tienen en su ADN”…

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La broma racista de Mozes no podía llegar en peor momento, luego de que hace unos días un joven de 21 años ingresó a una iglesia en Charleston, Carolina del Sur, para abrir fuego en contra de los feligreses, la mayoría de ellos afroamericanos: “La esposa del ministro del Interior israelí tuiteó un insulto racista (…) mientras lloramos la pérdida de 9 por causa del racismo”, comentó uno de los usuarios en Twitter.

Pero la esposa de Mozes parece que todavía intentó encontrarle el lago amable a la situación y al final bromeó: “Perdón si ofendí a alguien. Espero seguir casada cuando mi esposo aterrice y escuché lo que hice”…

Pues de menos le quitará el celular por un rato.

@plumasatomicas

*Vía The Guardian, The Jerusalem Post

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