“¡Yo ni siquiera vengo a consumir alcohol! ¡Sólo quiero ver a la banda!” Era la consigna de una multitud de menores de edad, que con boleto pagado en mano se quedaron estancados en la entrada de Sala ya que el concierto no permitía la entrada a aquellos que no mostrarán su credencial de elector. Todo parece indicar que fue un error de comunicación, ya que los afectados afirmaron que al comprar su boleto en taquilla nadie les avisó acerca de la política de Sala y, efectivamente, en el póster oficial no había ninguna especificación:
Después del accidentado acceso (que al final pareció resolverse ya que después alcanzamos a ver a algunos de los afectados corriendo a las cercanías del escenario) Sala mostraba algunos huecos que poco a poco se fueron abarrotando por los fanáticos de la banda británica -de los cuales la gran mayoría no pasaban de los 25-26 años-. Afros, pantalones muy entubados y accesorios o playeras con motivos sesenteros eran la constante en los asistentes, en clara alusión al estilo musical y de imagen de Temples y sobre todo al del vocalista/guitarrista James Bagshaw.
Después de una larga espera, al filo de las diez y cuarto de la noche las luces se apagaron y el cuarteto originario de Kettering, Inglaterra salió al escenario y un escueto “hola” fue el cue para que la banda iniciara con la excelente canción que le da nombre a su afamado álbum debut: “Sun Structures”. El público rugió y se dejó deleitar con este track que encapsula a la perfección el sonido de la banda: ráfagas instrumentales psicodélicas que crecen para cambiar estrepitosamente a armonías más dulces y coros memorables.
A pesar de tener únicamente un larga duración bajo el brazo, todas las presentaciones alrededor del mundo que acarreó el éxito de esta producción, generaron una banda con una gran cohesión y química en vivo. Todas sus canciones son ejecutadas a la perfección, el setlist suena amarrado y aunque la acústica del lugar de repente se comía el bajo de Thomas Walmsley, era imposible no entrar al trance que Temples lograba crear. Y todo bajo la misma formula: momentos instrumentales poderosos liderados por la guitarra de Bagshaw que se intercalaban con coros y versos armoniosos con mucho gancho.
La duración del concierto fue algo corta, pero el acomodamiento de las canciones hizo que la intensidad fuera siempre subiendo hasta el momento climático brindado por “Shelter Song”. También hubo espacio para algunas canciones nuevas de la banda, las cuales dejaron ver el acercamiento que está teniendo el cuarteto a sus nuevas creaciones, con estructuras más clásicas de verso-coro-verso-coro.
Hubo un pequeño encore de dos canciones en donde la banda hizo una larga improvisación dentro de “Mesmerise” (que a decir verdad fue algo que hizo falta en más canciones del set, ya que la banda lo hace de maravilla).
El setlist fue el siguiente:
Sun Structures
A Question Isn’t Answered
The Golden Throne
Volcano / Saviour
Colours to Life
Ankh
Henry’s Cake
Keep in the Dark
Sand Dance
Shelter Song
Encore:
Prisms
Mesmerise
Fotos por Diego Figueroa (@halofive)