Luego de interponer todos los recursos legales posibles, estos no fueron suficientes y el mexicano Ramiro Hernández la tarde de hoy recibirá la inyección letal.
Sólo le resta despedirse de sus seres queridos. Todos los últimos momentos del mexicano Ramiro Hernández se han grabado, no por detalle del gobierno de Texas, sino porque así lo solicita el tradicional protocolo para los condenados a muerte. Tras 17 años de agotar todas las vías legales, los abogados del mexicano no pudieron aplazar la espera y esta tarde a las 18 horas Ramiro recibirá la letal inyección de Pentobarbital.
Ramiro Hernández fue condenado por el asesinato de Glen Ernst Lich, a quien ultimó con una barra de metal, para luego violar en repetidas ocasiones a Lera, esposa de la víctima y profesor de la Universidad de Baylor. Lera fue la principal testigo del caso que lleva a Hernández a la espera de la muerte.
Como ocurre en muchos casos de inmigrantes procesados en Estados Unidos, sus defensores alegan la falta de claridad durante el proceso, así como señala Euclides Del Moral: “es injusto que se le haya condenado en base al peritaje de un doctor que sin ni siquiera hablar español tomó ciertas determinaciones nada imparciales basándose en prejuicios de grupos étnicos, señaló a los mexicanos con una proclividad para cometer delitos, drogarse y una serie de cosas, es lamentable que procesalmente no hayan sido admitidas otras evaluaciones clínicas”.
Aunque los abogados del condenado han recurrido a cuanta vía legal se puede para aplazar el letal hecho, la decisión de la corte ha sido inamovible. Su última esperanza fue alegar que las autoridades se negaron a revelar el nombre del proveedor del anestésico con el que morirá Hernández, lo cual les servía para suponer que su cliente y otros reos podrían estar sometidos a dolor excesivo, esto dependiendo de los componentes de la droga.
Aunque el argumento fue aceptado en cortes menores, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Texas, dictaminó que el estado de Texas no está obligado a revelar el nombre de su proveedor de Pentobarbital. Por último, el pasado 7 de abril la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas negó, por decisión unánime, otorgarle clemencia a Hernández: “Esta determinación revela que el proceso de clemencia de Texas es una farsa, y únicamente se burla del concepto de misericordia en la cual se supone que se basa la Junta”, señalaron las abogadas Naomi Terr y Sheri Johnson.
Así como ocurrió hace unos meses con Édgar Tamayo, la intervención de organizaciones internacionales poco ha servido para que atrasar el cumplimiento de la condena, la cual espera Hernández en compañía de su familia.
“Dudo que lo haya hecho, a menos que se haya sentido atacado y digo esto sólo en base a lo que conozco a mi hermano, no estoy diciendo que lo hayan atacado, sino en base a su forma de ser”, comentó Jorge, hermano de Ramiro. Además Jorge indicó que aunque el miedo era una característica de su hermano, ahora, frente a su condena “está demostrando mucha fortaleza”.
Esta mañana Hernández será trasladado a la Unidad de las Paredes de Huntsville. Antes de su muerte tendrá la oportunidad de decir sus últimas palabras. Ramiro será ejecutado a las 18 horas. Es el segundo mexicano en recibir la inyección letal en Estados Unidos en lo que va del año.