Aunque la gente en Miami y en Cuba recibió con alegría y lágrimas el anuncio histórico del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba –para ello cada una de las partes tuvo que ceder–, el presidente de la isla, Raúl Castro, señaló que aún existen profundas diferencias entre ambas naciones.
Aunque sin dejar de reconocer el enorme avance anunciado ayer, Castro remarcó que aún hay mucho trabajo que hacer para reestablecer a la normalidad las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, haciendo hincapié en el tema central por el que hay disputa: el bloqueo económico.
“Se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones (…) Esta decisión del presidente Obama merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo (…) Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto: el bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar”.
Pero así como hizo para imponer sus recientes cambios en el tema migratorio, Raúl Castro solicitó a su homólogo estadounidense, Barack Obama, hacer valer su calidad ejecutiva y así cambiar la situación: “Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas”.
Por otra parte, el presidente cubano reconoció que en temas como soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política interior, siempre habrá disputas con los Estados Unidos, pero del lado cubano hay “voluntad de dialogar sobre todos estos temas”. Por ello, propuso “adoptar medidas mutuas, para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países, basados en los principios de los Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas”.
Aunque en primera instancia sabe que el fin del bloqueo impuesto por Estados Unidos no será de fácil negociación, Castro llamó a Obama para que a la brevedad sean removidos “los obstáculos que impiden o restringen los vínculos entre nuestros pueblos, las familias y los ciudadanos de ambos países. En particular los relativos a los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones.
Para terminar su discurso, el mandatario cubano fizo énfasis en que “los progresos alcanzados demuestran que es posible encontrar solución a muchos de los problemas. Como hemos repetido, debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”.