El día de ayer, el Presidente Enrique Peña Nieto presentó su proyecto de reforma hacendaria, que en los próximos días será discutido por el poder legislativo. Descrito por él como “altamente progresista”, es claramente un intento de aminorar y dividir a los crecientes disgustados por las reformas energética y educativa y proyectar una imagen justa y socialmente responsable.
El ritual ocurrió así: En primer lugar, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, enunció de manera casi dramática los diez problemas que acongojan a la economía Mexicana. Posteriormente, la palabra fue de EPN, quien presentó heroicamente las soluciones. Acá te hacemos un resumen de los puntos tocados por ambos:
Problemas
1. La economía ha tenido un crecimiento de 2% los últimos 30 años, situación lamentablemente, causada por la deficiente productividad que anualmente se reduce -0.4%.
2. El bajo crecimiento ha mantenido al 45.5% de la población en condición de pobreza.
3. 61.2% de los mexicanos (72 millones) no tiene seguridad social.
4. México no cuenta con seguro de desempleo (es único miembro de la OCDE en esta situación). Esto es grave si se considera que el 78% de los empleados que pierden su trabajo en el sector formal ganaban menos de 4 salarios mínimos. El 61% de los desempleados tardan más de un mes en volver a encontrar trabajo.
5. El 60% de los trabajadores están empleados en el sector informal. La productividad de estas empresas es 45% inferior a la del formal, lo que provoca debilidad fiscal y baja percepción de contribuciones para el estado.
6. Los ingresos tributarios en México son del 13.7%, mientras que en países desarrollados de la OCDE llega a ser de 26.3% (el promedio latinoamericano es de 18.4% ). El Estado definitivamente necesita recaudar más impuestos.
7. El gasto público de México es de 19.5% del PIB, mientras que el resto de América Latina es del 27.1%, y en OCDE del 46.5%.
8. México tiene 30% de obesidad sólo en su población adulta. 22.2% es el promedio de los países avanzados.
9. El consumo de combustibles por habitantes en México es del doble que el de países con desarrollo superior. Más del triple que Brasil.
10. La economía ha decrecido dramáticamente este año, esto debido a muchos de los motivos antes enlistados, así como a una producción petrolera menor de la esperada.
Soluciones
- Pensión universal para adultos mayores y seguro de desempleo.
- No habrá IVA en alimentos y medicinas.
- Inversión en educación, escuelas de tiempo completo, alimentación para escuelas marginadas, incremento en educación media superior, becas y apoyo a universidades.
- Déficit de 0.4% del PIB para el año en curso y de 1.5% para 2014, eso sí, transitorios en lo que se recupera la economía y para evitar recortes peores y no planeados en el futuro.
- Impuestos sobre ganancias para empresas que paguen dividendos a su dueños.
- Impuesto de 10% sobre ganancia en bolsa de valores.
- Eliminación del IETU y eliminación de los impuestos a los depósitos en efectivo (IDE)
- Simplificación de la Ley de Impuesto sobre la Renta y del pago de impuestos en general por internet.
- Las empresas informales que decidan ponerse en regla no pagarán impuestos en el primer año y tendrán un incremento progresivo posteriormente. El Estado subsidiará las prestaciones de sus empleados.
- Aumento de impuestos en productos chatarra, entre ellos refresco.
- Reducción al régimen fiscal de Pemex, que hoy paga más del 70% de su presupuesto como impuesto a Hacienda. Se plantea un pago de 60%.
- Ahorro de exceso tributario en momentos de crecimiento económico superior al proyectado, con el fin de tener un respaldo en momentos de escasos recursos.
- Recortes en pagos a funcionarios.
- Aumento al precio de gasolinas en intervalos más largos que los actuales.
No todo el miel sobre hojuelas. Habrá IVA en venta de mascotas y de su alimento, en conciertos, castigarán la compra, venta y renta de casas (pues parece que las empresas de créditos hipotecarios y de venta se benefician de la holgada política actual), habrá también IVA en educación privada.
¿Por qué esta reforma “social”?
No podemos negarlo, la retórica utilizada para escribir los discursos de EPN, así como la planificación de cada uno de los movimientos durante su malabarismo de reformas tiene bastante ceso. Eso es definitivamente lo más preocupante. La propuesta de reforma hacendaria que presentó ayer ha sido criticada y aplaudida. Las críticas, sin embargo, no giran en torno a sospechas de golpes bajos y ocultos a la economía nacional ni familiar, como sí hacen las críticas hechas a las reformas educativa y energética. Los más feroces se limitan a decir que se trata de una propuesta que no soluciona los propuestas de fondo, lo que implicaría atrevidas respuestas como unificación de impuestos, aumentos de los mismos, etc.
Por otro lado, las críticas de izquierda no pueden sino ser ligeras y más bien agrias: previo a la presentación del plan, aseguraba Andrés Manuel López Obrador, en su discurso con motivo de la protesta por la reforma energética, que podía adivinar que la hacendaria consistiría en un aumento dramático a impuestos, afectando productos básicos, salud, etc. para lograr rellenar las arcas que la “venta de Pemex” dejarán vacías. El golpe de EPN fue bajo para el tabasqueño y la izquierda en general al presentar un discurso completamente distinto: la tan sonada aplicación del IVA en alimentos y medicinas no tuvo lugar y el presidente no perdió el tiempo en indicar que lo decidió así “tomando en cuenta que las familias más pobres dedican más de la mitad de sus ingresos a la compra de alimentos.” “Justa porque no afectará a los mexicanos que menos tienen”, la reforma resultó ser nada menos que de tendencia izquierdista y ciertamente, una vez analizada, no tiene errores internos y sí muchas virtudes retóricas.y de calendario.
En efecto, no sacará del atolladero económico al país (para eso hace falta una reforma verdaderamente moderna que vaya más allá de las discusiones sobre izquierda y derecha), no se trata del preámbulo de la bonanza. Pero para EPN y su equipo eso no es lo importante ahora: se trata de frenar cualquier movimiento verdaderamente unido que pueda surgir en su contra. Por esto esperó hasta el último momento, observar la fuerza exhibida por sus opositores y lanzar la inesperada reforma justo al oído de los que han decidido que ya es demasiado. La reforma, supuestamente tímida, funciona perfectamente como atenuante del descontento: no agrede por donde AMLO diría que lo haría, y por otro lado, recoge ideas suyas, como el recorte a funcionarios, protección a grupos vulnerables por medio de facilidades en prestaciones laborales, etc.
El problema de la reforma hacendaria no son sus propuestas, sino precisamente su eficiencia neutralizadora en un ambiente de descontento social.