Salvo por Woody Allen y otros casos muy particulares, uno no espera encontrar mucha comedia en lo que se suele llamar falazmente “buen cine”. Sin embargo, es un error que se comete con un evento tan solemne como la 57 Muestra Internacional de Cine.
Relatos salvajes es una de esas piezas –si no la pieza– de comedia que nos recuerda que este género, junto al drama, integran al “buen cine”.
Humor negro en estado puro mezclado con drama esporádico es lo que tenemos en el tercer largometraje de Damián Szifrón, director argentino de Tiempo de valientes (2005) y El fondo del mar (2003).
Este conjunto de pequeñas historias nos presenta a un grupo de personajes que, ante un mundo de situaciones absurdas y violencia implícita (y explícita), son llevados al límite… Desde la infidelidad y la derrota constante, se mueve hasta la burocracia irracional y la avaricia.
Frecuentemente pienso en la sociedad capitalista de occidente como una especie de jaula transparente que limita nuestra sensibilidad y distorsiona nuestras relaciones con los otros. Relatos Salvajes presenta un grupo de individuos que viven dentro de estos límites. A un punto en el que la mayoría nos reprimimos –o nos deprimimos– estas personas cambian de perspectiva.
Damián Szifrón
Esta cinta, ejecutada exitosamente, nos presenta a un elenco reconocido aunque fresco de Argentina –mismo país al que representa junto a España–. Si bien se trata de una comedia, todos los actores nos muestran a personajes que se arrojan en cada uno de los momentos explosivos de la cinta. Además, por más que sean relatos breves, el guión del mismo director desarrolla a cada personaje para que tengamos por qué reír, impresionarnos o sentirnos mal, algo que muchas veces no ocurre cuando lidiamos con materiales cortos.
El juego de los relatos con la música nos entrega un recurso familiar en la comedia y, sobre todo, el humor negro: la música que de forma irónica agudiza el impacto de los momentos más explosivos de las historias.
Cada una de las historias nos da de qué hablar. Pero no haremos eso. Lo que sí les podemos contar es que esta película se sitúa dentro de la cotidianidad. Quizá no todos hemos estado al límite de la explosión frente a alguna situación, pero la película nos lleva por diferentes eventos en los que nos podemos reconocer; eso es algo que el mismo director tenía contemplado.
La cinta de Szifrón, producida por Pedro y Agustín Almodovar nos invita a preguntarnos qué haríamos en situaciones como esas: donde brota sin control el conflicto de diferencias socioeconómicas, donde la infidelidad de nuestra pareja se nos restriega brutalmente en el rostro, donde una vez tras otra intentamos explicarle algo a un burócrata que no tiene ningún interés en escucharnos.
Esta película argentina y española nos hace reflexionar sobre esta sociedad en la que nos encontramos –aunque México sea una nación geográficamente alejada, compartimos el mismo sistema y raíz con Argentina y ya ni hablemos de semejanzas culturales con España–, todo a partir de la comedia. Finalmente, no hay mejor manera de criticar nuestra realidad que entre risas y sutileza.
Les dejamos a continuación el avance para que le echen un ojo a esta divertida comedia negra que representa a Argentina y España en la 57 Muestra Internacional de Cine. Checa los horarios aquí y no te pierdas Relatos salvajes.
