#RenunciaYa
Voy a ser claro en una cosa: Pensar que Enrique Peña Nieto renunciará a la presidencia de la República por el simple hecho de que miles de personas pensamos salir a las calles para exigir su dimisión el 15 de septiembre es una utopía.
Y es que si no ha renunciado, ni mucho menos actuado al nivel después de las desgracias que han marcado su sexenio (como Ayotzinapa, el consecuente #YaMeCanse, “La verdad histórica”, La Casa Blanca, Virgilio Andrade, los constantes señalamientos por parte de organismos internacionales en torno a la violación sistematizada de Derechos Humanos que ha fomentado su administración y un grandísimo etcétera), es claro que una marcha no va a hacer que Peña se despierte mañana y decida renunciar.
Vaya, sería muy inocente pensar que así sería.
A lo largo de la semana, varias personas me preguntaron “¿Quieres que Peña Nieto renuncie?”. Mi respuesta más honesta fue un profundo “No sé”.
Y digo “no sé” porque como hemos comentado, la renuncia de Peña o de cualquier otro presidente de nuestro país, significaría que el Secretario de Gobernación asuma sus funciones por un plazo máximo de 60 días, en lo que el Congreso asigna al Presidente Interino.
Así que básicamente, la pregunta es: ¿Me gustaría que Osorio Chong asumiera las riendas del país, y luego dejar que nuestro Congreso –ese mismo que se ha burlado de nosotros en repetidas ocasiones, más recientemente con la Ley 3 de 3– decida quién controlará el destino del país? Por supuesto que no.
Al mismo tiempo, es evidente que la administración de Peña va de mal en peor. ¿Quiénes lo asesoran? No lo sabemos, pero si como ciudadanos no salimos a las calles y demostramos nuestro descontento, será difícil que el Presidente salga de su burbuja, acepte sus errores y trate de enmendar el camino por lo que resta de su sexenio.
2 años parece poco, pero al mismo tiempo es mucho.
Y si bien la figura del #RenunciaYa se centra en el presidente, para mí es una llamada de atención para toda la clase política.
Ahorita es Peña. Desde hace meses nos arrancamos las vestiduras entre Hillary y Trump, pero ¿ya volteamos a ver lo que nos depara el 2018?
Para mí, ninguno de los “presidenciables” me ilusiona, ni mucho menos me representa. ¿Por qué? Porque todos siguen representando lo que está mal en este país: opacidad, corrupción e impunidad.
#RenunciaYa no es una marcha de rojillos ni de chairos, es la oportunidad de vernos las caras, de saber que así como nosotros estamos indignados y preocupados por el rumbo del país, hay millones de personas que se sienten igual y que están dispuestas a tender puentes y entablar un diálogo, intercambiar ideas, puntos de vista y entretejer una sociedad civil que es participativa.
Es importante que la clase política se de cuenta de que los tiempos han cambiado, y que no estamos dispuestos a quedarnos callados ni seguir soportando sus errores, burlas y manipulaciones.
No es por hoy, es por el mañana de todos.
Por eso, voy a ir a marchar.
Nos vemos en el Ángel.