I have seen the dark shadows moving in the woods and I have no doubt that whatever I have resurrected through this book is sure to come calling… for me.

Yo ni siquiera nací en la década de los ochenta, década de oro para los amantes del cine de terror (se estrenaron obras inmortales de Craven, King, Carpenter, Argento, Fulci). Era 1982 y muchos afortunados pudieron ver en pantalla grande “The Evil Dead”, luego hubo que comprar la película en BETA, en VHS, o en DVD. Yo no. Yo llegué a ella descargándola de internet, leí las viejas reseñas pero la vi con ojos del siglo XXI y no hubo vuelta atrás.

Esa cosa extraña que es “The Evil Dead”, ese amasijo de posesiones demoniacas, libros antiguos y hechizos en lenguas muertas, hachas, motosierras, amputaciones y toneladas de sangre, sólo anunciaban una cosa: nacía una de las joyas de la serie B.

No se olvida fácilmente la cámara de “The Evil Dead”, paseándose al inicio de la película entre los árboles que susurran lo ominoso, esa cámara que es más bien el mal, dando la bienvenida a los jóvenes que se dirigen a la cabaña. Luego la grabación, la posesión, la sangre. Si la crítica alabó una buena trama, con tomas consistentes (el reloj que se detiene para avisar que esa cabaña ya está en otro tiempo y otro lugar, el papel de los amuletos y el final del héroe emergiendo en la luz)  lo que se queda, lo que no se olvida, es la escena del lápiz en el pie, la violación vegetal (?), los ojos debajo de la trampilla, y sí, la sangre, los desmembramientos.

Película de culto donde las haya, la puse en un pedestal. Imaginen qué sentí cuando me enteré que habría un remake, no dirigido pero sí supervisado por el mismo Sam Raimi, quien también fue uno de los responsables de escribir su guión.

Llegué algo tarde a la función de la nueva película de “Evil Dead“. Cuando se apagaron las luces, eso que vi por primera vez (otra vez) fue el bosque, y sí, el terror volvió a estos ojos del siglo XXI, renovado, ágil.

No podemos ser tan ingenuos para pedir eso mismo que la Serie B (las películas de bajo presupuesto y sin actores profesionales) nos daba. Muchos de los elementos de esas películas eran perfectos porque eran involuntarios. Esta película tuvo presupuesto, tuvo un pasado y una expectativa a los cuales responder, el resultado por lo tanto es diferente, pero no peor.

La actuación de Jane Levi en el papel principal resulta excelente más por su propia fisionomía que por sus dotes histriónicos, supongo que en el casting dijeron, “esa mujer ya tiene ojos de loca, mucho nos ahorraremos en el maquillaje”. Las demás actores hacen lo que deben, nada más.

Y no los engañaré, con todas mis herramientas críticas bajo el brazo yo sólo quería ver sangre, y como estoy seguro de que un buen personaje lo es por cómo vive y muere, pues ansiaba matanzas justas y sorprendentes. Las vi. Vi machetazos, disparos, golpes, apuñalamientos, y una sierra eléctrica (una pequeña y una grande): checked, checked, checked.

Salí satisfecho, vi una película a la altura de sus pares que respeta su legado: Fede Alvarez, el director, fue muy cuidadoso con aquellos fans de la primera película pero logró entregar una pieza que se sostiene por sí misma, que no repite sino que dialoga excelentemente con la original de Raimi.

 Fans del gore*, acudan sin reservas.

El resultado final es que algo se pierde (necesariamente), pero mucho se gana al llenar con renovados elementos esos espacios vacíos que deja la imposibilidad de hacer serie b, la cámara  por ejemplo, ha dejado de ser tan esclava de la atmósfera como lo fue en la original, la anécdota es un tanto más enredada pero visualmente se agradece el presupuesto. Una afortunada película con perturbadoras escenas desde luego.

Sí, yo ni siquiera nací en la década de los ochenta pero “Evil Dead” en su versión original, sigue entre mis favoritas. Esta nueva entrega no hace sino acrecentar ese gusto y recodarme que a la maldad se le invita a pasar esperando siempre entre los árboles.

Pequeño Tip, quédense hasta después de los créditos, se llevarán una nostálgica sorpresa.

*Hay por ahí una estéril discusión acerca de que una película, o es de terror o es gore, que hace a un lado el hecho de que tal vez lo primero es un género (el cine fantástico dicen los franceses y los ingleses) y lo segundo es un aspecto formal. Claro que todas estas ganas de categorizar lo insólito es una forma de tratar de ponerle un cerco a lo que impacta lo que creemos que es real (como si no soportáramos el páramo inexplicable de la ficción fantástica, tan acostumbrados a cómo las cosas deben ocurrir en la realidad y tuviéramos que organizar la forma en que lo imposible ocurre); se tuvieron que rendir ante ese intento Cortázar, Borges y Todorov, así que, ¿por qué tendríamos la última palabra?

“Evil Dead” (posesión infernal)

Estados Unidos, 2013

Dir: Fede Alvarez

Jane Levy, Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas.

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