“Ya estuvo bueno, ¿no?, mucha risa y nada que se mochan”… es lo que al parecer pensó la “artista” que se encargó de la curiosa -por decirlo de un modo no agresivo- restauración del ahora mundialmente conocido Ecce Homo de Borja.
Luego de ser “bulleada” internacionalmente, Cecilia Giménez la octagenaria que le dio en su mauser causó daños a la pintura que data del siglo XIX, ha decidido quitarle la sonrisa a varias personas y solicitar que se le pague por su obra.
Y cómo no hacerlo: a partir de que fue dada a conocer la deformada imagen ubicada en un santuario de Zaragoza, la fundación encargada de la conservación del recinto ha visto incrementada la afluencia de turistas al punto de cobrar un euro para que la gente aprecie el arte de la restauradora amateur.
Por lo anterior, los abogados de Giménez, estudian reclamar derechos de autor:
Pero igual y se le ceba el negocio a la doñita, porque después de conocer algunos reportes de restauradoras, la Fundación Sancti Spiritus, propietaria de la obra, apuesta por recuperar el Ecce Homo original y eliminar lo que sale sobrando: “el autor y la obra merecen un respeto bajo cualquier circunstancia”, señalan los informes.