El ahora exfutbolista estadounidense Robbie Rogers, de apenas 25 años de edad, se retira de los campos al declararse homosexual, algo que parece poco usual, pero que debe ser respetado.
En su página personal, el joven, da todos y cada uno de los motivos por los cuales decidió súbitamente retirarse del pambol:
Toda mi vida he vivido con temor, temor a mostrar quién era en realidad por el miedo. Miedo a ser juzgado, al rechazo, a que me detuvieran, a no poder alcanzar mis metas y aspiraciones. Miedo a que mis seres queridos se alejaran más de mí si sabían mi secreto.
Rogers, quien le marcara un gol a la selección mexicana, tenía mucha hambre de crecimiento, pero con su actual equipo, el Leeds United y los actos de racismo y violencia que se han dado en Inglaterra, posiblemente sus sueños se verían truncados, así que decidió de una vez por todas terminar con ese temor que acarreaba desde hace tiempo.
Tenia sueños de ir a una Copa de Mundo, de ir a los Juegos Olímpicos, sueños de hacer sentir orgullosos a mi familia. ¿Qué sería la vida sin sueños? Los secretos pueden causar mucho daño interno. A la gente le gusta presumir su honestidad, como es tan fácil y simple ser honesto. Traten de explicar a sus seres queridos después de 25 años que tú eres homosexual.
Hoy el deporte, más popular por excelencia, pierde a un integrante, que busca salvar justo eso, su integridad, cosa que la FIFA, junto con la FA, deberían cuidar a como diera lugar, y si navegan con la bandera del juego limpio, igualmente deberían hacerlo con la del respeto a las preferencias sexuales.