Lo casos sobre el reconocimiento de cuerpos sin vida y la entrega a sus familiares cuentan con distintas fallas en el proceso, que van desde el resguardo de los cadáveres —¿recuerdan los tráilers de Jalisco?— hasta en la coordinación de su trabajo. Como sucedió en Sinaloa, donde el Servicio Médico Forense (Semefo) confundió el cuerpo de un sujeto por el de otro, que llegó hasta el velorio equivocado.

¿Cómo así? El cuerpo de un hombre —identificado por error como Luis Manuel “N”— fue entregado a su supuesta familia para que fuera sepultado en la comunidad de Conitaca, en el municipio de Elota, Sinaloa. Sin embargo, al poco tiempo tuvo que ser rescatado por las autoridades, cuando se dieron cuenta que no se trataba de la misma persona.

Las fallas

En contexto de la reinstalación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, esta historia se desprendió de la tarea que comenzó la familia de Luis Manuel “N”, quien era originario de Elota y había estado preso en las Islas Marías durante 11 años. Hasta que las autoridades concluyeron el rastreo.

El viernes pasado, uno de los familiares reconoció en Semefo el cuerpo de Luis Manuel “N”. Pero el problema aquí fue que por omisión no se checaron las huellas con los registros del ex centro penitenciario de Islas Marías para certificar la información.

Y nada, la familia alistó el funeral de Manuel “N” hasta que llegó el sábado, cuando los familiares de Iván “N” le cayeron a Semefo para buscar a su pariente, compararon las fotos de los archivos del Servicio con el INE del fallecido y fue ahí cuando las autoridades se percataron del error.

Foto: Cuartoscuro.

Para remediar las cosas, el equipo de Semefo se lanzó hasta Elota para recuperar el cuerpo de Iván “N” en pleno funeral y recomenzar la búsqueda de Luis Manuel “N”.

En fin, esta no es la primera vez que sucede un error de este tipo. De acuerdo con El Universal, en 2014, una madre de familia enterró el cuerpo de su hijo al que había buscado por jornadas. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando un buen día la mamá de la víctima recibió una llamada telefónica desde Estados Unidos. Era Ernesto “N”, su hijo, quien se había comunicado para decir que todo estaba bien desde el norte.

**Foto de portada: Cuartoscuro.

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