Se filtran fotos de Luis José Larumbe Mendoza, jefe de la Unidad de Atención Ciudadana de la Secretaría de Salud en Oaxaca, con cadáveres de animales como trofeo.
Las fotos, entregadas a la revista Proceso por trabajadores de la Secretaría de Salud, muestran al funcionario posando junto a los cadáveres de un jaguar, un tapir, un venado y un cocodrilo.
La Delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente declaró que, si se facilitan pruebas de que Larumbe Mendoza cometió el delito “la Profepa iniciará sanciones administrativas, y si es sorprendido en flagrancia se le canalizará a la Procuraduría General de la República (PGR), dependencia que podría imponerle una pena de hasta nueve años de cárcel” porque, desde luego, la caza del jaguar y del cocodrilo están prohibidas en el país.
Es cierto que no hay ninguna prueba de que el funcionario público haya tomado parte activa en la caza de estos animales, por lo tanto no se le puede adjudicar una falta jurídica, sin embargo, y dado que además de todo es un servidor público, sí le podemos adjudicar una falta moral.
El simple hecho de aparecer en esas fotografías, posando ya revela una postura ética: a Larumbe Mendoza no sólo no le importa que violen la ley sino que además usa al delito como trofeo. Es claro que el servidor no tiene la menor empatía por estos animales.
No es la primera vez que un funcionario publico se ve envuelto en este tipo de situaciones. Está también el caso de Mauricio Trejo Pureko, quien había sido candidato del Partido Verde Ecologista de México a la alcaldía de San Miguel de Allende, posando sobre el cádaver de un alce.
O qué tal el Rey de España cazando elefantes.